La Vanguardia

“No hay tiempo que perder con las vacunas para todos”

David Noguera, presidente en España de Médicos Sin Fronteras

- JAVIER RICOU

En muchos de los países de bajos ingresos en los que trabaja Médicos Sin Fronteras (MSF) solo se ha recibido el 0,3% del suministro mundial de las vacunas contra la covid. Mientras que en EE.UU. –solo es un ejemplo– se guardan en neveras 500 millones de dosis sobrantes después de estar inoculada ya la mayoría de la población.

Dos realidades opuestas y una clara muestra de que la justicia social –esto es una pandemia mundial– no se aplica con las vacunas, cuando ese programa tendría que ser global como nunca. Ocurre todo lo contrario. La diferencia entre pobres y ricos, con los fármacos para curar una misma enfermedad, es tan abismal, que sonroja.

David Noguera, presidente en España de Médicos Sin Fronteras, conoce muy bien los dos mundos. El futuro que augura en los países que hoy apenas tienen acceso a las vacunas es demoledor si no llega con urgencia el fármaco. Ha recibido con indisimula­da satisfacci­ón la propuesta de algunas de las principale­s potencias del primer mundo para suspender a la propiedad intelectua­l de todas las vacunas, lo que acabaría con las patentes de las farmacéuti­cas. Pero es muy cauto. No quiere cantar victoria hasta que ese esperado anuncio sea una realidad.

¿Llegamos tarde?

Muy tarde. Nosotros hace más de siete meses que estamos pidiendo la suspensión de las patentes para todos los productos covid, incluidas vacunas, tratamient­os y diagnóstic­os. Pero bienvenido sea el paso y esperemos que se sumen muchos más países a la propuesta.

¿Recela, por su experienci­a, de este paso?

Quiero creer que esto no responda solo a una propuesta para un lavado de imagen y quedar bien de cara a la galería. Que sea algo mucho más serio que una reacción porque así lo apuntan los estudios de opinión tan venerados por los políticos.

Pero cabría creer que los que tienen que tomar esa decisión con un reparto justo de las vacunas saben ya estas alturas que no hay tiempo que perder.

Tendrán que saberlo, sí. Pero en esta pandemia nos hemos perdido más en los discursos políticos ‘vendidos’ como muy urgentes –que si confinamie­ntos, toques de queda, aforos...– que en aquello que es realmente importante en una crisis sanitaria global como esta.

¿No estamos empatizand­o, pues, con lo que pasa fuera, cuando en teoría ahora sí podemos intuir por la experienci­a vivida el sufrimient­o en esos países sin vacuna?

Parece que no. Y extraña, porque el primer mundo ha vivido su primera gran crisis de salud, que ha puesto en jaque al sistema sanitario. Ahora sí sabemos lo que es la medicina humanitari­a y, por lo tanto, tendría que ser más fácil intuir el drama de esos ciudadanos que sufren lo mismo, pero multiplica­do. Y no solo por falta de vacunas, también por falta de atención médica. Ahí se mueren de muchas otras cosas cuando todo se colapsa. Pero aquí nos gusta más debatir sobre efectos secundario­s de una vacuna (sin motivos de alarma) o poner recelos a inyectarse uno u otro fármaco. Eso, cuando sabes lo que pasa en otros países, duele y mucho.

¿Qué hacemos?

Empatizar más con aquellos que ahora lo están pasando muy mal. Son millones de personas. A mí no me preocupan los negacionis­tas, que al final son muy pocos. Lo peor, y ha quedado más que demostrado con las vacunas, son los indiferent­es. Y en ese grupo se encuentran muchos gobiernos, entre ellos el de España, al que le ha costado mucho definir su postura sobre la liberación de las patentes de las vacunas. No vale con enviar un avión con oxígeno a India. El problema requiere medidas políticas de verdad.

¿La vacuna es la solución?

Claro que sí. Y lo sabemos. Por eso no hay que perder un minuto. Ahora es India, pero mañana puede ser Pakistán y la semana que viene un país de África. La vacuna, es la gran suerte de esta pandemia, se ha demostrado eficaz para frenar los contagios. La hemos fabricado en un tiempo récord y ahora nos da miedo (a los gobiernos) producirla sin cortapisas para que nadie se quede sin ese fármaco. Ahí está el drama y la gran injusticia.

LA CARA Y LA CRUZ “Hemos fabricado en tiempo récord los fármacos sin prever su reparto por el mundo”

LA LECCIÓN POR APRENDER “Ahora imaginamos el drama global, pero seguimos a lo nuestro: que si este vial o el otro”

 ??  ?? David Noguera ha trabajado en medio mundo con MSF
David Noguera ha trabajado en medio mundo con MSF

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain