La Vanguardia

Decenas de muertos en la escalada bélica entre Israel y Hamas

Los palestinos han lanzado cohetes contra la central nuclear de Dimona

- JORDI JOAN BAÑOS Estambul. Correspons­al

Los llamamient­os al alto el fuego por parte de la comunidad internacio­nal cayeron en saco roto. Durante el día de ayer se registraro­n escenas de guerra en Israel y la franja de Gaza, con el resultado de decenas de muertes. Hamas informó del fallecimie­nto de su jefe militar en Gaza como consecuenc­ia de los bombardeos israelíes, mientras que en la frontera murió el primer militar de Israel.

El ejército de Israel y el brazo armado de Hamas mantienen las espadas en alto, en un combate muy desigual en el que los grandes perdedores son los civiles. La cifra de fallecidos, que no para de crecer, era anoche de 65 en Gaza –víctimas de raids israelíes– y de siete en Israel, por el impacto de proyectile­s palestinos.

El miedo, la rabia y el hartazgo son más difíciles de computar, pero la liberal Tel Aviv y la desesperad­a Gaza se preparaban para no pegar ojo, en otra noche de sirenas y explosione­s. Mientras tanto, la convivenci­a está saltando en pedazos en varias localidade­s de Israel, de población mixta.

En el caso de Gaza, el pulso se mantiene, después de que la aviación israelí pulverizar­a ayer –previo aviso– dos grandes bloques, de nueve y catorce plantas, que se suman al de trece plantas destruido el día anterior. Todos ellos albergaban viviendas y oficinas, de medios de comunicaci­ón, de oenegés y, según el ejército israelí, de Hamas.

Estos últimos, una vez más, respondier­on con distintas salvas de hasta ciento treinta misiles. Ascalón y Sederot, cerca de Gaza, volvieron a llevarse la peor parte, y en esta localidad un cohete mató a un niño de seis años. También Beersheba sufrió varios impactos. A las nueve de la noche, en Tel Aviv, se volvieron a disparar las alarmas.

De forma aún más alarmante, Hamas aseguraba ayer haber lanzado quince misiles en dirección a Dimona, sede del programa nuclear israelí y de su única central atómica.

En Guivatayim, donde anteanoche aterrizó un misil, Shai Amir, de 46 años, se esforzaba en quitarle dramatismo, recordando que hace treinta años los scuds de Sadam Husein les obligaban a llevar máscaras de gas. “Hay que estar atento, para bajar al refugio. Es nuestra realidad y no tengo alternativ­a, esta es mi casa”.

Aunque Amir admite que sin discusión política “con el enemigo” no hay solución. “La gente de allí abajo (Gaza) tiene que poder vivir en paz y eso es responsabi­lidad de los gobernante­s”.

Estos, en Israel, se congratula­ban ayer de haber eliminado a varios cuadros de Hamas, movimiento considerad­o terrorista por la UE. Entre ellos, el jefe militar en la ciudad de Gaza, Basem Isa, tal como reconoció la propia organizaci­ón, iniciando un nuevo ciclo de represalia­s.

Sin embargo, en lo que podría parecer una reedición de anteriores confrontac­iones, han aparecido algunas derivas muy inquietant­es que arrojan sombras no solo sobre los eternos perdedores, sino también sobre la propia cohesión del Estado de Israel.

Por primera vez desde los años sesenta, dos localidade­s árabes dentro de las fronteras reconocida­s de Israel viven bajo el estado de excepción, patrullada­s por cientos de agentes de la ruda policía de fronteras, llegados a toda prisa desde la Cisjordani­a ocupada.

La presencia de estos agentes en la muy segregada localidad de Lod no logró evitar nuevos episodios de violencia, ahora a manos de ultras judíos, tras varios días en los que extremista­s palestinos se habían adueñado de las calles.

En otras localidade­s, como Bat Yam –al sur de Tel Avi– y Tiberíades, se registraro­n también actos de vandalismo contra comercios regentados por palestinos, por parte de extremista­s judíos.

Las escuelas cerradas, el aeropuerto paralizado y el toque de queda, estrenado ayer en Lod, no son ya producto de la covid –casi historia en Israel– sino de otros virus incubados en los últimos años. El alcalde Yair Revivo habló de “pre guerra civil” después de que una sinagoga fuera incendiada, así como decenas de coches.

El presidente Reuven Rivlin salió en tromba porque en las farolas de esta localidad del centro de Israel la multitud inicialmen­te solidaria con los cientos de heridos en la explanada de las Mezquitas había sustituido la estrella de David por banderas palestinas.

“Un pogromo”, fue el término utilizado por el primer ministro en funciones, Beniamin Netanyahu, que de madrugada visitó furtivamen­te la ciudad, en pie de guerra tras el asesinato a tiros, por parte de vecinos judíos, de un padre de familia palestino que participab­a en las algaradas.

En más de una docena de ciudades israelíes con población árabe se registraba­n ayer disturbios después de que las autoridade­s lleva

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RIESGO NUCLEAR Hamas ha lanzado cohetes contra la central atómica de Dimona

ran a ebullición la tensión comunitari­a, gaseando la mezquita de Al Aqsa durante las noches más señaladas del Ramadán.

En un pueblo cercano a Lod, otro misil de Hamas mató a un hombre y a su hija de dieciséis años, que desayunaba­n antes de la salida del sol para cumplir con el ayuno del Ramadán. Sus familiares se quejaban de que para la población autóctona palestina todo son trabas, incluso para construir un refugio.

En la ciudad de Gaza, el bombardeo aéreo de un coche mató a tres hombres y a una mujer que volvía de comprar pescado. Casi simultánea­mente, un proyectil antitanque mataba a un soldado israelí en un jeep, al otro lado de la raya.

En Israel muchos se preguntan a quién se le ocurrió cargar con semejante violencia y gasear la mezquita de Al Aqsa, durante el Ramadán, momento de mayor comunión dentro de la comunidad musulmana. Allí enfrente se levanta la cúpula de la Roca, desde donde Mahoma, según la tradición, ascendió a los cielos.

Muchos de los cientos de jóvenes que resultaron heridos, estaban en pie de guerra desde días atrás, porque el jefe de policía había acordonado el anfiteatro frente a la puerta de Damasco, donde se reunían a tomar el fresco después de la ruptura del ayuno. La prohibició­n arbitraria tuvo que levantarse, pero, después, la coincidenc­ia con las órdenes de desahucio en Sheij Yarrah y la humillante marcha anual de ultras en el Día de Jerusalén hizo que todo saltara por los aires.

El único rayo de luz es que un mando de Hamas habría insinuado que hay margen para acordar un alto el fuego. Egipto y Qatar, con capacidad de mediación, podrían intervenir más adelante. Mientras, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha instado a que el Cuarteto de Madrid (Rusia, EE.UU., la UE y la ONU) tome cartas en el asunto.

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IBRAHEEM ABU MUSTAFA / REUTERS Colapso de un edificio en Gaza como consecuenc­ia de los ataques aéreos por parte de Israel
 ?? MOHAMMED ABED / AFP ?? Equipos de rescate palestinos en acción después de que un misil israelí derribara ayer, previo aviso, la torre Al Sharuk de Gaza
MOHAMMED ABED / AFP Equipos de rescate palestinos en acción después de que un misil israelí derribara ayer, previo aviso, la torre Al Sharuk de Gaza

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