Ocio nocturno y estadios preparan la reapertura con la pandemia a la baja
El Procicat aprueba un plan sin fecha para reabrir las discotecas y Sanidad autoriza la vuelta del público en Laliga y ACB solo en regiones con pocos contagios
Después de catorce meses de actividad prácticamente nula, la impaciencia del sector del ocio nocturno se ha disparado con motivo de la extinción del estado de alarma y la profusión de aglomeraciones nocturnas, botellones y fiestas privadas sin medidas de seguridad del pasado fin de semana. El Procicat dio ayer luz verde al plan sectorial elaborado por el Departament d’interior que debe regular la reapertura de las actividades recreativas musicales vinculadas al ocio nocturno, pero no establece un calendario ni explicita algunas de las principales reivindicaciones del sector, como la exigencia de tests de antígenos a los clientes o la apertura con los aforos y los horarios completos.
La consellera de la Presidència, Meritxell Budó, aseguró que la reapertura de discotecas, bares de copas y similares no será inmediata, y cifró la fecha en “un mes, mes y medio o dos meses”. Además, supeditó la decisión al levantamiento de una orden comunicada del anterior ministro de Sanidad, Salvador Illa, del 14 de agosto de 2020. “Excusas de mal pagador”, replica Quim Boadas, secretario general de la patronal Fecasarm. Afirma que dicha orden no llegó a ser publicada en el BOE y que, en consecuencia, crece de eficacia y fuerza jurídica. Según Boadas, la norma que mantiene la clausura en Catalunya es un dictamen de Salut del 19 de agosto.
En este sentido, Andalucía ha aliviado las restricciones al sector –es la única comunidad– permitiendo la apertura de las zonas al aire libre hasta las dos de la madrugada. Un primer paso que la patronal catalana considera insuficiente, al entender que la limitación de horarios da pie a la celebración de encuentros irregulares en cuanto cierran los establecimientos.
El plan de la Generalitat, que afecta a unos 2.500 establecimientos en Catalunya, no recoge las reivindicaciones centrales del sector y la modulación de sus medidas queda sujeta a las resoluciones de Salut según la evolución epidemiológica.
El protocolo plantea la obligatoriedad de la venta de entradas telemática y nominativa en los locales con capacidad para más de 500 personas a fin de poder identificar a los clientes en el caso de posibles brotes. Para los locales de menor capacidad, tanto los que requieren la compra de una entrada como los que no, se exige un registro de la identidad y contacto de los usuarios que podrá ser utilizado con finalidades de salud pública. En los accesos, las colas deberán ser organizadas, con una distancia interpersonal de un mínimo de 1,5 metros.
Los aforos son considerados “un elemento determinante para poder garantizar la seguridad de los trabajadores y de la clientela de las actividades recreativas musicales” y serán fijados por las autoridades sanitarias en función de la situación epidemiológica. Lo mismo ocurre respecto al uso de las pistas de baile.
En el caso de que el baile no esté autorizado, las pistas podrán acoger mesas y sillas con distancia de 1,5 m siempre que los usuarios se estén quietos. “Es importante velar porque el público permanezca sentado en su sitio, excepto en situaciones que, por su naturaleza, supongan una excepción lógica a esta regla general, como por ejemplo ir al servicio”, señala el protocolo. En el supuesto de que Salut autorice el
baile, en locales de más de 500 personas la pista deberá estar perimetrada con elementos ligeros (un cordón delimitador, por ejemplo) y disponer de un punto de entrada y otro de salida supervisados por personal. “No podrá acceder ni permanecer en la pista de baile ninguna persona que no lleve correctamente puesta una mascarilla”, se especifica. En los aforos de menos de 500 personas, estas medidas son opcionales, a excepción del uso de la mascarilla, también obligatorio, y el mantenimiento de 1,5 metros durante el baile, “sin perjuicio de que esta distancia pueda ser inferior cuando se trate de personas de la misma burbuja de convivencia”.
Será obligatoria la limpieza y desinfección de los establecimientos con viricidas antes de su apertura. Además, deberán garantizar la renovación de los flujos de aire mediante sistemas de ventilación y renovación, y mantener la máxima aportación posible del aire exterior.
La patronal presenta una enmienda a la totalidad respecto a esta normativa, que considera tardía y arcaica. Según Boadas, más del 80% del texto (la duodécima versión del plan sectorial) ya figuraba el un documento de julio de 2020 que permitió la apertura efímera de los establecimientos.
En opinión del dirigente de Fecasarm, la indefinición sobre los aforos o las pistas de bailes provoca inseguridad jurídica e incertidumbre, y el hecho de que no se especifique el uso de avances científicos y tecnológicos (los empresarios proponen realizar tests de antígenos a los clientes y proporcionarles un código QR para el acceso a los locales que solo sería desencriptado en el caso de que pudieran formar parte de alguna cadena de transmisión) es contraproducente. Los sistemas propuestos de higiene y ventilación son “totalmente arcaicos”, afirma Boadas, en defensa de soluciones modernas como la ionización.
El sector se ve capacitado para abrir el próximo fin de semana las zonas al aire libre y en dos semanas los interiores. Y rechaza posibles limitaciones de aforo y horarios. “¿Qué hace la gente si cerramos a las dos? ¿irse a una fiesta ilegal? Si siguen los botellones pueden empeorar los datos epidemiológicos y que tengamos que pagar nosotros los platos rotos”, razona Boadas. Aunque sostiene que depende de la Generalitat, la patronal catalana ha solicitado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que se deje sin efecto la declaración de actuaciones coordinadas del 14 de agosto, invocando la evolución favorable de la pandemia y el “aumento de oferta de ocio nocturno ilegal que se está produciendo debido a la inexistencia de oferta legal”. Ayer Darias recordó esa orden, por la que habría que cerrar a la una.
Los aforos, horarios y el uso de las pistas de baile (con mascarilla) serán en función de los datos epidemiológicos