Sin plan B como en el 2017

El bloqueo en el que se halla inmersa hoy la política catalana recuerda bastante al vivido en el 2017 cuando las dos principales fuerzas independentistas, entonces el PDECAT y ERC, se marcaban mutuamente y amagaban con la amenaza de convocar elecciones anticipadas. El tacticismo les jugó una mala pasada y acabaron precipitando una declaración de independencia que no tenían ni bien desarrollada, ni mucho menos planificada. Lo que vino después ya es sabido: supresión de la autonomía, fuga y detención de los líderes independentistas, y un largo etcétera hasta el día de hoy. En aquel momento, no había plan B.

Hoy, cuatro años después, los protagonistas son los mismos, aunque el PDECAT se haya transformado en Junts. Las dos formaciones siguen pugnando por el liderazgo del independentismo y su nivel de desconfianza mutua está mucho más desarrollado. Lo que estamos viviendo estos días es un déjà-vu. Si en noviembre del 17 acabó en una DUI aprobada con más preocupación que gloria, hoy puede terminar en unas elecciones anticipadas que, en teoría, nadie quiere, pero que no se podrán evitar por los condicionantes del calendario.

Esquerra confía en la palabra dada por el dirigente de Junts Jordi Sànchez, quien en una ya famosa entrevista concedida a La Vanguardia aseguraba que, si no se llegaba a un acuerdo, su partido facilitaría la investidura de Pere Aragonès. Hoy ya no está tan claro porque la mayoría de altos cargos de Junts no quieren irse a la oposición y regalar el gobierno a Esquerra. Antes, prefieren que haya elecciones. Serían unos comicios que no beneficiarán a nadie, como bien explica hoy en nuestro diario el exconseller Andreu Mas-colell, en un artículo cuya lectura recomendamos vivamente. Es un tremendo sinsentido que puede provocar que el 13 de julio, después de votar, nos encontrasemos en una situación de bloqueo idéntica a la que vivimos hoy.

Aún queda tiempo para evitar el adelanto electoral pero vamos abocados a él. Y lo que es peor, ante una sorprendente pasividad de la sociedad catalana en general. A nadie parece importarle.