Ahmadineyad vuelve a aspirar a la presidencia de Irán
No es una sorpresa. Mahmud Ahmadineyad ya había anunciado desde hace meses su intención de presentar su candidatura a las elecciones del próximo 18 de junio. Venía recorriendo silenciosamente el país y el rumor de que su popularidad estaba todavía intacta se calaba en los corrillos políticos de los periódicos locales. Desde hace años el entonces llamado presidente radical ha buscado reinventarse a sí mismo como un político crítico con el sistema y abierto a ciertas aperturas sociales. Su populismo, eso sí, sigue intacto.
A pesar de este torbellino a su alrededor, existían dudas sobre si finalmente inscribiría su candidatura o, por el contrario, respaldaría a uno de sus hombres cercanos. Y esto tiene sus razones. Su nombre ya fue rechazado por el Consejo de Guardianes –el comité de 12 juristas que evalúa las credenciales de los candidatos– cuatro años atrás. Para nadie es secreto que no es bien visto por el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, con quien terminó enfrentado al final de su mandato en el 2013.
Además, le critican sus políticas populistas y radicales que llevaron a Irán una de las peores crisis económicas que se recuerden y deterioraron las relaciones con Occidente. Sus hombres
La candidatura del exmandatario, enfrentado a Jamenei, podría ser rechazada
más cercanos están en la cárcel, o han pasado por ella, acusados de corrupción. Aun bajo la certeza de que será descalificado, ayer se presentó con todos los documentos necesarios que lo acreditan para ser candidato.
La respuesta llegará el 26 de mayo, cuando se publique la lista definitiva. Pase lo que pase, ya habrá puesto al nizam –el sistema– en un aprieto. Para entonces habrá mucha gente ilusionada con su nombre, que posiblemente no votaría por otro candidato. Un escenario difícil para Jamenei, que ha enfatizado la necesidad de una participación masiva en un año electoral donde la apatía parece mayor.
Por otro lado, ayer el ministro de exteriores Mohamed Yavad Zarif anunció que no presentaría su candidatura, como era la esperanza del sector reformista. Pero en Irán, en elecciones presidenciales, nada está escrito hasta el final. Así que habrá que esperar las sorpresas que se darán antes del cierre de las inscripciones el sábado. Y las que lleguen con la lista definitiva.