Segunda dosis
Tiene su gracia que los antisistema de la CUP llamen irresponsables a sus compañeros de viaje independentista. A lo mejor los cuperos no son lo que eran, pero la irresponsabilidad sigue siendo un acto basado en la insensatez, la temeridad y la inconsciencia. Los políticos contemporáneos suelen enfrentarse a los problemas colectivos como si fueran la responsabilidad de otros. Y volver a las urnas el 13 de julio, como si se tratara de una segunda dosis, resulta inaceptable. Y seguramente provocará reacción. Pero lo cierto es que Jxcat y ERC no quieren ni verse las caras, hasta el punto de que en lugar de sentarse alrededor de una mesa en el Parlament, prefieren una reunión telemática, como sucedió el martes. Y es que cuando dos no se soportan, cuanto más lejos mejor. Son tantos los agravios que acumulan entre ellos que pronto abandonarán los mensajes de Whatsapp para regresar a las palomas mensajeras a fin de comunicarse.
Faltan tan solo doce días para que se cumpla el plazo fijado para que se
Unas nuevas elecciones catalanas no arreglarían nada, ni
las entendería nadie
convoquen automáticamente elecciones, en caso de que no se llegue a un acuerdo. La diputada de la CUP Laia Estrada dijo tres frases cargadas de sensatez en el Parlament: la solución no vendrá con nuevas elecciones, los partidos no se lo pueden permitir y los ciudadanos no se lo merecen. Se podría añadir una cuarta: ERC y Jxcat nos deberán decir qué alianzas electorales están dispuestos a llevar a cabo el día después, porque se supone que unos y otros no nos habrán llevado de nuevo a las urnas para intentar repetir la misma fórmula fracasada.
El último gobierno catalán de posconvergentes y republicanos no ha funcionado, entre otras razones por las desconfianzas y deslealtades de los socios. Pero los desencuentros vienen de antes y seguramente se acrecentaron tras las tensiones de la víspera de la declaración de independencia del 27-O. Así que emperrarse en repetir el mismo esquema de gobierno, aunque con presidente de ERC, no ofrece demasiadas garantías. Lo que urge es pactar un Govern que priorice la economía ante la llegada de los fondos europeos y mantenga la interlocución con el Gobierno de España para salir de la crisis. Gabriel Rufián ha dicho en las últimas horas, respondiendo a Jaume Asens, que ERC no abarata sus sueños. Nadie les pide que los rebajen, pero los sueños no pueden sustituir a la realidad. Y la realidad pide pragmatismo, no sea que los sueños se conviertan en pesadillas.