La Vanguardia

Se cumple un año de la muerte de Aless, hijo de Ana Obregón

La presentado­ra vive para honrar el legado de su hijo y difunde constantem­ente emotivos recuerdos

- ALBERT DOMÈNECH Barcelona

PÁGINAS 6 Y 7

“Se apagó mi vida”. Son solo cuatro palabras pero no pueden ser más desgarrado­ras. Ana Obregón reunió esa fuerza que muchas veces tenemos los seres humanos en nuestros peores momentos y ni siquiera sabemos de dónde proviene para escribir esta frase en su cuenta oficial de Instagram horas después del fallecimie­nto de su hijo, Álex Lequio, del que hoy se cumple justamente un año. Su querido Aless, como a ella le gustaba llamarlo, se fue a los 27 años de edad tras una lucha contra el cáncer que finalmente no pudo ganar.

Tanto ella como su expareja Alessandro Lequio estuvieron a su lado, haciendo de padres y de mejores amigos, desde que le diagnostic­aron la enfermedad. Hicieron piña en Estados Unidos donde Álex estaba estudiando y se sacó las carreras de Filosofía y Ciencias Políticas en la prestigios­a universida­d de Duke. Decidieron acudir al Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en la ciudad de Nueva York, para que su hijo recibiera un novedoso tratamient­o. Obregón lo dejó literalmen­te todo para estar con él, y antepuso su rol como madre a su carrera profesiona­l. Llegó a dormir varios días en los pasillos del hospital para estar con Álex, tal y como ella misma relató después.

Parecía que el joven empresario respondía al tratamient­o y finalmente la familia se afincó de nuevo en España. A principios del mes de abril del 2020 Álex tuvo que ser ingresado en el Instituto Oncológico Baselga-hospital Quirónsalu­d de Barcelona, donde finalmente falleció. Lo hizo, tal y como explicó la actriz más adelante, cogido de la mano de sus dos progenitor­es que estaban con él uno a cada lado de la cama. “Te quiero desde siempre y para siempre, mamá”. Esas fueron, según reveló hace pocos días Ana Obregón, las últimas palabras que le dedicó su hijo antes del último suspiro, unas palabras que tiene grabadas en el corazón para siempre. Ese día se paró la vida de la presentado­ra por completo que, junto a Alessandro Lequio, tuvieron que hacer frente a la terrible pérdida en tiempos de covid, por lo que, al dolor del adiós de Álex, se le unió la imposibili­dad de darle una despedida con todos los suyos a consecuenc­ia de las restriccio­nes sanitarias. La novia del joven, Carolina Monje, así como sus hermanas, Celia y Amalia, fueron, junto a su expareja, el apoyo principal de Ana, tal y como se pudo ver en unas desgarrado­ras imágenes el día que enterraron a Álex en el cementerio madrileño de La Paz.

Allí acude la presentado­ra frecuentem­ente para hablar con su hijo, e incluso a meditar junto a él.

Los primeros días lo tenía que hacer escondida en la parte de atrás del coche para evitar captar las fotografía­s de los paparazzi, ávidos de tener imágenes de ella en estos primeros y duros compases.

Ana Obregón había perdido a su principal apoyo en el mundo. El dolor era el mismo que pudo sentir su padre, Alessandro Lequio, aunque él tiene en vida a dos hijos más: Clemente Lequio, fruto de su la relación con Antonia Dell’atte, y su hija, la pequeña Ginevra, de su actual mujer, María Palacios. Por ellos sacó fuerzas y decidió seguir adelante con sus compromiso­s profesiona­les, también en el televisión donde colabora en El programa de Ana Rosa.

No fue el mismo camino que pudo tomar la actriz, completame­nte derrumbada como se podía deducir por las continuada­s reflexione­s que hacía en sus redes sociales ex

“Ya no me quiero ir porque quiero hacer cosas que dejó sin acabar”, aseguró Ana en la primera entrevista

plicando el insoportab­le dolor que sentía y la necesidad que tenía de irse con él. La muerte de la perra de Álex, Luna, días después de la de su hijo, y lo que más le unía a él, también fue un duro golpe para una Obregón que empezó a preocupar a los suyos por algunas de las cosas que escribía. Todo lo que ha sucedido este año ha sido un continuado dolor para ella, con una cronología de hechos que han avivado con más fuerza la pérdida de su hijo: el que habría sido su 28 cumpleaños el mes de junio, las vacaciones, las Navidades sin él, el día de la Madre...

Seis meses después de la marcha de Álex la actriz concedió su primera entrevista en la revista

¡Hola! donde exhibió un primer punto de inflexión: “Ya no me quiero ir porque quiero hacer cosas que Álex quería hacer y no pudo terminar. Quiero seguir su legado”, aseguró en aquella entrevista. La actriz pondrá en marcha uno de los proyectos que más ilusión le hacía al joven empresario, que ya en el 2015 y con tan solo 23 años fundó su propia empresa, Polar Marketing: la Fundación Aless Lequio ,que se dedicará a recaudar fondos para la investigac­ión contra el cáncer.

La fuerza que le da a Ana Obregón seguir con el legado de Álex le permitió regresar a la televisión para, junto a Anne Igartiburu, dar las campanadas este año y mandar un conmovedor beso al cielo. Parece que la actriz poco a poco va gestionand­o el terrible luto que supone la pérdida de un hijo, el más terrible de todos por antinatura­l. Le espera un viaje largo y duro sabiendo que, vaya donde vaya y haga lo que haga, lo hará siempre todo por y para él.

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El último año ha sido el más duro para Ana Obregón y Alessandro Lequio, que han tenido que afrontar la muerte de su hijo. Sus redes sociales son un continuo mural de recuerdos y estampas para evocar la figura de Aless, que se fue con tan solo 27 años.
DANIEL GONZALEZ / GTRES Vivencias y recuerdos El último año ha sido el más duro para Ana Obregón y Alessandro Lequio, que han tenido que afrontar la muerte de su hijo. Sus redes sociales son un continuo mural de recuerdos y estampas para evocar la figura de Aless, que se fue con tan solo 27 años.
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