“‘Fuerza nueva’ despoja a la música de cualquier identidad sectaria”
J, cantante de Los Planetas, que hoy y mañana actúan con Niño de Elche en el teatro Coliseum
Protagonizaron un sonado revuelo hace año y medio cuando el 12 de octubre Los Planetas y Niño de Elche publicaron el álbum Fuerza nueva (El Ejército Rojo). Es decir, dos referencias de la escena española alternativa visibilizaban un proyecto provocador y agitador, en el que revisaban desde mitos políticos a himnos, desde el de la Legión a
Els Segadors. Hicieron cuatro directos y llegó la pandemia.
Hace unos meses retomaron el tren del directo, y hoy y mañana lo harán en el teatro Coliseum (20.30 h), abriendo el ciclo de conciertos Piñata. J, vocalista de la heterogénea banda granadina, explica este regreso.
¿Cómo se retoma encima de los escenarios un proyecto parado al poco de salir?
Estamos los mismos y seguimos intentando impactar y llegar a la sensibilidad del ciudadano, mucho más ahora que antes.
Una obra con la que advertían hace casi dos años lo que podía ocurrir, el auge de la extrema derecha...
Se veía venir que se estaba preparando algo más gordo de lo habitual. Había que hacer algo ante el auge de las actitudes reaccionarias y ahora la situación es más grave.
En su opinión ¿esa extensión del ultraconservadurismo, el auge de la extrema derecha, a qué es debido?
Cuando el poder establecido no tiene control de lo que pasa o no tiene el apoyo de la población suele recurrir a técnicas como la represión, el fascismo, la censura para evitar que se cuestione su posición de poder.
Cuando salió el álbum, y levantó tanta polvareda, ¿usted que pensó?
El nombre y todo el concepto eran bastante provocadores, queríamos buscar una reacción directa de la gente, que pasara algo. Esa era nuestra intención.
¿Cuál era su intención al hacer este proyecto?
Que la gente se concienciara, se conciencie y en último caso para que se active y se ponga a actuar por su libertad y sus derechos. Y también la idea de la denuncia de cualquier tipo de nacionalismo y de sectarismo, y de no culpar a la música de este sectarismo, porque ha sido utilizada por éste, sino de reivindicarla como algo universal. Despojar a la música de cualquier identidad sectaria y darle la universal.