La justicia anula los 250 millones que la CE reclamaba a Amazon
El Tribunal General de la Unión Europea anuló ayer la orden de Bruselas que obligaba a Luxemburgo a reclamar a Amazon 250 millones de euros en impuestos impagados por una supuesta estructura empresarial en el país con la que se ahorraba el pago de tributos por su actividad europea. Según la instancia judicial, las autoridades europeas no han conseguido demostrar que existiera un trato de favor por un acuerdo entre el gigante del comercio electrónico y Luxemburgo que data del 2003 y se renovó en el 2011, ni que se incumplieran las reglas de ayudas de Estado.
Con ese acuerdo, hasta el 2014 Amazon estructuró su negocio europeo en sociedades establecidas en Luxemburgo, que eran titulares de los activos en el continente y a través de las cuales se explotaban derechos de propiedad intelectual, como tecnología, datos o marcas. Esta estructura permitía a Amazon recortar sus beneficios susceptibles de pagar impuestos a una cuarta parte, denunció la Comisión Europea en el 2017, cuando abrió el melón ordenando a Luxemburgo que le reclamara 250 millones. Tanto la compañía como el país recurrieron. Bruselas “no demostró” con los estándares legales precisos “que hubo una reducción indebida de la carga fiscal de una subsidiaria europea”, dijeron los jueces.
En las dos caras de la sentencia, la cruz es para el Ejecutivo europeo y en especial para la responsable de Competencia, Margrethe Vestager. No es la primera vez que el Tribunal tumba una orden que partía de Bruselas, con los casos de Starbucks o Apple en la memoria. Las autoridades europeas aún pueden apelar en última instancia al Tribunal de Justicia de la UE. Desde Competencia se apuntó que primero se revisará la sentencia antes de definir si se recurre. Aunque los 250 millones de Amazon quedan
Bruselas no ha podido demostrar que se beneficiara de tratos de favor o ayudas de Estado
lejos de los 13.000 millones que se exigían a Apple en Irlanda, el resultado de la apelación puede influir en otros casos pendientes como los de ventajas fiscales en los Países Bajos a Nike e Ikea.
Por lo pronto, Amazon ha celebrado la decisión. “Está en línea con nuestra posición de que seguimos todas las leyes aplicables y que Amazon no recibió un trato especial”, reaccionaron fuentes de la compañía de comercio electrónico. Peor suerte corrió ayer la francesa Engie. El mismo Tribunal General declaró que sacó provecho del sistema fiscal luxemburgués evadiendo el pago de 120 millones de euros gracias a dos filiales en el pequeño país.