La Vanguardia

ISRAEL AMENAZA GAZA CON UNA INVASIÓN TERRESTRE

Acumulació­n de tropas mientras Hamas aleja de Israel a las líneas aéreas

- JORDI JOAN BAÑOS Estambul. Correspons­al

Israel concentra tropas junto a la franja de Gaza y amenaza con una invasión terrestre mientras los palestinos siguen contando los muertos, muchos de ellos niños, sepultados por las ruinas de los edificios alcanzados por misiles en los últimos días.

Además, ayer se desató la violencia en las calles de muchas ciudades entre árabes y judíos.

Un Israel en vilo ha concentrad­o tanques, artillería e infantería alrededor de Gaza, haciendo creíble la amenaza de invasión. A medianoche, el martilleo por tierra, mar y aire se hizo tan intenso que esta parecía inminente. Tanto es así que muchos gazatíes, aterroriza­dos, empezaron a despedirse de sus familiares. Y hasta el portavoz del ejército confirmó una incursión, que no pudo ser corroborad­a sobre el terreno.

La auténtica trinchera, sin embargo, se está abriendo en las propias ciudades de Israel, con la proliferac­ión de agresiones entre ciudadanos judíos y palestinos.

El miedo sobrevuela la zona sin distinguir fronteras. En la Franja, la aviación israelí siguió derribando edificios que vincula a Hamas. Ayer, uno de seis pisos.

Pese a la voluntad quirúrgica de los bombardeos, las autoridade­s sanitarias hablan ya de 109 muertos y 580 heridos en Gaza. En el caso de Israel, hay que lamentar también siete muertos.

Aunque las ráfagas de misiles del brazo armado de Hamas siguen sembrando el caos en amplias zonas de Israel, ayer solo se contaron cinco heridos, por un proyectil caído al sur de Tel Aviv.

Beersheba, Ascalón, Sederot y Tel Aviv se mantuviero­n ayer como principale­s dianas de los misiles de las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamas, obligando en repetidas ocasiones a la población a encerrarse en los refugios. También volvió a ser objetivo el aeropuerto Ben Gurion, cuyos vuelos de llegada fueron desviados al nuevo aeropuerto de Eilat, 350 kilómetros al sur.

Aunque, poco después, el portavoz de Al Qasam, Abu Obaida, anunció el lanzamient­o de un nuevo misil capaz de alcanzar Eilat, como se comprobó. De todos modos, son muchas las aerolíneas que han dejado de volar a Israel, incluidas tres de EE.UU..

Aunque este relativo aislamient­o aéreo ha perdido dramatismo a causa de la pandemia, de mantenerse varios días haría casi inevitable la intervenci­ón terrestre en Gaza, que pocos desean.

En dicha franja, Israel parece haber agotado su lista de un millar de objetivos militares. Ayer caían bajo las bombas, además de cuatro pisos de comandante­s de Hamas, comisarías y bancos.

Asimismo, la agencia de la ONU para los refugiados revelaba que dos de sus escuelas han sido bombardead­as, registránd­ose daños en 29 aulas.

Beniamin Netanyahu, por su parte, como la propia Cúpula de Hierro antimisile­s, parece estos días ligerament­e desbordado.

Ayer, el primer ministro en funciones condenó el linchamien­to –televisado– de un conductor árabe por parte de una turba de extrema derecha en Bat Yam, cerca de Tel Aviv. “Nosotros no somos eso”, señaló.

Pero en ciudades como Acre, Lod o Haifa ya hay judíos que temen salir a la calle para no ser confundido­s con palestinos y palestinos que temen hacerlo para no ser confundido­s con judíos. O que temen hablar la lengua equivocada –árabe o hebreo– en el lugar equivocado.

Ante la epidemia de disturbios, en los últimos días se han practicado más de cuatrocien­tas detencione­s. Y han sido desplazado­s un millar de guardias de fronteras a ciudades problemáti­cas, para atajar la violencia.

Con ellos, viaja también la detención administra­tiva. Es decir, sin cargos, que Netanyahu prometió socializar ayer, con un guiño añadido a los policías: “No debéis temer que haya comisiones de investigac­ión. Usad la máxima fuerza para restaurar el orden”.

CIUDADES MIXTAS El miedo a espolear una “guerra civil” dentro de Israel frena la intervenci­ón

PROYECTILE­S La escalada ya ha causado 103 muertos y 580 heridos en Gaza, y siete muertos en Israel

La línea dura de Netanyahu ya se impuso ayer cuando abrió la puerta, en contra de la opinión del ministro de Defensa, Benny Gantz, a que el ejército patrulle las ciudades presas de disturbios.

Precisamen­te, el principal factor de contención, antes de lanzar una invasión de Gaza, parece ser el temor a inflamar aún más el odio étnico dentro de Israel. Más aún que la previsible sangría entre la hacinada población gazatí, como pasó en el 2014 y el 2009.

El inesperado desafío de Hamas ya ha arruinado la Fiesta del Fin del Ayuno entre los musulmanes de Gaza, así como aquellos de las ciudades que tiene a tiro.

Pero, pese a su apabullant­e superiorid­ad militar, los israelíes tienen la vaga sensación de estar perdiendo algo en esta contienda.

Netanyahu habría rechazado anteanoche la oferta de tregua que le llegó a través de mediadores egipcios. El Gobierno israelí no puede permitirse las tablas y no se calcula apenas el aspecto militar, sino también el político.

Está en juego que Hamas se adueñe de la causa palestina, más allá de Gaza, tras haber desbaratad­o –con sus primeros siete misiles– la marcha ultranacio­nalista del día de Jerusalén, con la que se humilla anualmente a la población musulmana del Este, celebrando su rendición en 1967.

Ahora, Israel se prepara para más algaradas, a manos de grupos perfectame­nte coordinado­s en las redes sociales. La policía habría informado a Netanyahu que el ultraderec­hista Itamar Ben Gvir, jefe de Poder Judío, está alentando “una intifada judía”.

Este abogado, que durante años tuvo en su comedor el retrato del asesino de 29 palestinos, Baruch Goldstein, es ahora diputado, gracias a los buenos oficios de Netanyahu, que alentó la lista unida de Sionismo Religioso.

Otro éxito de Netanyahu es que el derechista Naftali Bennett anunciara ayer que deja de negociar con el centrista Yair Lapid para desplazarl­o del poder y que vuelve a estar disponible para hablar con el Likud.

Otro susto lo dieron ayer tres cohetes lanzados desde Líbano, que hicieron temer que la situación pudiera complicars­e aún más. Pero no era Hizbulah, sino refugiados palestinos del campo de Rahidieh.

De todo ello tratará este domingo la reunión virtual del Consejo de Seguridad de la ONU, tras superar las reservas de EELUU..

Por último, Israel movilizará nueve mil reservista­s más. En esta parte del mundo, las amenazas no solo deben ser creíbles, sino que por lo habitual se cumplen.

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ABDEL KAREEM HANA/AP
 ?? MENAHEM KAHANA / AFP ?? Soldados israelíes disparando ayer contra Gaza desde sus posiciones cerca de la ciudad de Sederot, al sur de Israel
MENAHEM KAHANA / AFP Soldados israelíes disparando ayer contra Gaza desde sus posiciones cerca de la ciudad de Sederot, al sur de Israel

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