La Vanguardia

Chile elige quién redacta la nueva Constituci­ón ganada en las calles

La primera constituye­nte paritaria del mundo se vota este fin de semana

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Chile vivirá este fin de semana una experienci­a política completame­nte inédita en el país andino, pero también será novedosa a nivel mundial en algunos aspectos. La revuelta ciudadana del 2019 provocó el referéndum del año pasado en que los chilenos decidieron masivament­e finiquitar la Constituci­ón neoliberal de Pinochet de 1980 y redactar una nueva Carta Magna, de la que se ocuparán los 155 miembros de la Convención Constituci­onal que serán elegidos este sábado y domingo.

Será la primera vez en el mundo que una Constituci­ón sea redactada por una asamblea constituye­nte paritaria, es decir, a partes iguales de mujeres y hombres. Además, su elaboració­n estará sometida a un proceso de exposición pública nunca visto. La luz y los taquígrafo­s serán las mismas redes sociales que vehicularo­n la revuelta ciudadana que comenzó en octubre del 2019 con una protesta estudianti­l para no pagar un aumento de cuatro céntimos de euro en el metro de Santiago.

Las redes sociales escudriñar­án la redacción del texto fundamenta­l y los constituye­ntes sentirán la presión popular ante cada artículo, que deberá ser acordado por dos tercios de la Convención, para que el resultado sea una Carta Magna de corte progresist­a que deje atrás el modelo económico y social ultraliber­al blindado por la dictadura (19731990) y garantice derechos básicos y gratuitos, que ahora se rigen por la lógica del libre mercado, como la sanidad, la educación o las pensiones. El 78% de los electores se inclinó el 25 de octubre del 2019 por un nuevo contrato social.

También será la primera vez que los chilenos elijan a sus constituye­ntes democrátic­amente. Lo harán durante los dos días del fin de semana para prevenir la pandemia, que ya provocó varias veces la postergaci­ón de los comicios –la última, hace un mes–, que también son municipale­s y regionales.

Otro factor novedoso para el país es que hay 17 escaños reservados para representa­ntes de los pueblos originario­s, siete de ellos para los mapuches, el colectivo mayoritari­o, y el resto para las otras nueve minorías indígenas. Hay 95 postulante­s en esta categoría, que solo pueden ser votados por los ciudadanos que se autodefini­eron como indígenas en el último padrón, más de dos millones de personas de una población de 19 millones de habitantes.

Para los 155 asientos, hay 1.373 candidatos a convencion­ales, la mayoría independie­ntes, otro fenómeno producto de la revuelta popular en Chile, donde las encuestas señalan la masiva desafecció­n de la clase política, sin que se salve ningún partido, ni siquiera la izquierda radical. Sin contar a los indígenas, 793 son independie­ntes y 485 miembros de partidos. Hay 649 mujeres y 629 hombres, religiosam­ente intercalad­os en las listas, que son abiertas, aunque los candidatos se han agrunocido­s, pado por cercanía ideológica, en el caso de los independie­ntes, o por ser de un movimiento político.

La derecha gobernante se ha aglutinado en una sola lista, mientras que el centroizqu­ierda opositor se ha dividido en varias, lo que beneficiar­ía al sector conservado­r por efecto de la ley D’hont, aunque difícilmen­te consiga los dos tercios para impedir una Constituci­ón reformista. Por el mismo motivo, la dispersión de los independie­ntes, algunos de los cuales se especializ­an en hacer campaña sobre aspectos concretos, como el derecho al agua u otras cuestiones medioambie­ntales, podría generar una baja representa­ción en la Convención, lo que algunos analistas entienden que causaría frustració­n en la ciudadanía y podrían revitaliza­rse las protestas callejeras.

“Podría pasar que el 70% de los escaños se los lleven las dos grandes coalicione­s políticas tradiciona­les”, afirma a La Vanguardia desde Chile la politóloga de la Universida­d de Santiago, Lucía Dammert, que explica que el hándicap para los independie­ntes es que son muy descomient­ras que “los partidos están llevando en sus listas a figuras muy conocidas por la población”. Dammert cree que el resultado de los comicios puede generar desilusión pero que, sea cual sea la composició­n de la Convención, “las protestas en la calle van a seguir apenas se levante el toque de queda”, bien para presionar a los convencion­ales,

La Convención estará formada por 155 miembros, 17 de los cuales serán indígenas, la mayoría mapuches

El descrédito de la clase política provoca que la mayoría de candidatos sean independie­ntes

bien para presionar al Gobierno derechista de Sebastián Piñera.

Los convencion­ales tendrán entre nueve meses y un año para redactar el texto, lo que coincidirá con los comicios presidenci­ales del 21 de noviembre y con una pandemia que sigue con contagios récords pese a que casi la mitad de los chilenos ya se ha vacunado con dos dosis.

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MARTIN BERNETTI / AFP Seguidores de Baradit, candidato independie­nte a la Convención Constituci­onal, ayer en Santiago de Chile

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