El Gobierno acota la reforma de la Constitución: “No se abre el melón”
Sánchez celebra la reapertura de la Carta Magna “por la puerta de lo social”
Solo se abrirá una puerta, y se cerrará a la carrera. Pedro Sánchez celebró ayer desde la Moncloa la apertura de la Constitución “por la puerta de lo social”, tras la aprobación el martes en el Consejo de Ministros del anteproyecto de reforma del artículo 49 de la Carta Magna, para blindar los derechos de las personas con discapacidad.
La impulsora de esta reforma es la vicepresidenta primera, la socialista Carmen Calvo, que la víspera ya frenó en el Congreso otras aspiraciones de revisión de la Constitución que mantienen los socios de la coalición gubernamental, Unidas Podemos, y otros aliados de legislatura, como Esquerra. “No se abre ningún melón, nos dirigimos a una reforma puntual”, zanjó Calvo.
“Vamos a sacar una cereza de un cesto y van a salir otras”, advirtió no obstante el portavoz del PNV en la comisión Constitucional, Mikel Legarda. Y puso en alerta a la portavoz del PP, Edurne
Uriarte: “Abren un melón con esta reforma, ¿qué más cerezas van a sacar?, ¿qué otras cerezas les van a sacar sus socios?”, instó a Calvo.
Efectivamente, el portavoz de Unidas Podemos, Gerardo Pisarello, advirtió que esta reforma “se queda corta”, y abogó por eliminar la inviolabilidad del Rey. “La inviolabilidad real no puede seguir siendo coartada para que los jefes de Estado no sean objeto de investigación y control”, reclamó. Y los portavoces de ERC y Junts, Carolina Telechea y Josep Pagès, demandaron reformar la Constitución para permitir la convocatoria de referéndums para ejercer el derecho de autodeterminación. “Abrir un proceso constituyente no es en lo que está el Gobierno, ni de lejos”, atajó Calvo.
En la Moncloa son muy conscientes de que impulsar esta reforma reactiva dichas demandas, “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid”, según ironizan. Pero acotan la revisión estrictamente al artículo 49. De hecho, esta iniciativa ya tiene buena parte del camino recorrido porque el Gobierno la impulsó en el 2018, si bien decayó por la convocatoria electoral. En este nuevo mandato de Sánchez permaneció aparcada, porque en la Moncloa recuerdan que no se pueden abordar reformas constitucionales mientras está vigente el estado de alarma. Así que se reactivó en el primer Consejo
de Ministros una vez que decayó la alarma el pasado domingo.
La iniciativa se tramitará ahora como proyecto de ley en el Congreso, ya tras el verano, y su aprobación –prevista para antes de que acabe el año– requerirá el aval de una mayoría cualificada de 3/5 de la Cámara. Sánchez confió ayer en
Podemos, Esquerra y Junts reclaman sin éxito abordar también la inviolabilidad real o la autodeterminación
que la reforma, que blinda los derechos de cuatro millones de personas con algún grado de discapacidad, cuente con el respaldo “unánime” de todos los grupos.
Será así la primera vez que se reforme la Constitución desde que, en agosto del 2011, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy blindaron de manera exprés la estabilidad presupuestaria.