La batalla de tres ineptos digitales contra los colosos de internet
Benoît Delépine y Gustave Kervern estrenan la comedia ‘Borrar el historial’
El dúo cómico formado por los franceses Benoît Delépine y Gustave Kervern lleva más de una década escribiendo y dirigiendo historias surcadas por el surrealismo y las escenas tan anárquicas como geniales. Comedia que sirve de reflejo de muchos de los males que acechan a la sociedad actual. Su nueva propuesta, Borrar el historial, critica a base de gags el peligro de vivir bajo el dominio de los colosos digitales protagonizada por tres vecinos ineptos en la materia que se empecinan en preservar sus derechos enfrentándose a los tótems de la red en una cruzada quijotesca...e inútil.
“El Quijote siempre ha sido una influencia muy consciente en nuestras obras. No es casualidad que aparezcan molinos en la película que evocan ese paralelismo y creemos que nuestros personajes son igual de patéticos y a la vez conmovedores como los que concibió Cervantes”, apunta Delépine por videoconferencia.
Él vive en el campo y Gustave en París, pero los dos se consideran “minusválidos digitales” y parte del origen del guion viene de contarse sus desventuras tecnológicas. Y por otro lado está la obsesión que tienen con el Dodo, un pájaro símbolo de las Islas Mauricio que fue exterminado cuando los holandeses llegaron a la isla. “Vendría a ser como un pardillo, una persona a la que despluman constantemente y queríamos hacer una película sobre un personaje de este tipo”, comenta Kervern. En pantalla, Bertrand, un hombre endeudado que escribe cartas de queja a Facebook y se enamora de la voz de una teleoperadora, lo iba a encarnar Gérard Depardieu, pero el texto sufrió algunos cambios y lo asumió Denis Podalydès. “Nos encantó su humor negro”.
Y añadieron dos personajes femeninos. Marie (Blanche Gardin), una mujer que ha perdido la custodia de su hijo adolescente porque no tiene dinero y es extorsionada con un vídeo sexual, y Christine (Corinne Masiero), que está enganchada a las series y busca desesperadamente que los clientes la puntúen con más de una estrella como conductora de un Uber. Los tres confían sus esperanzas a un pirata informático que juega a ser Dios. Pero las cosas se tuercen un poco.¿nos resignamos a que los gigantes tecnológicos nos controlen? “Creo que la gente ha tirado la toalla, les da igual dar sus datos. No somos conscientes de los efectos devastadores que tendrá esto en un futuro inmediato”, advierte Kervern.
Borrar el historial ganó el Oso de Plata en la Berlinale de 2020, justo antes de la crisis sanitaria. “El filme habla de la dependencia de lo online, así que de algún modo pronosticamos lo que pasaría con la pandemia. Pero después de la Covid los problemas siguen siendo los mismos”, lamentan.