La Vanguardia

Nadal supera dos bolas de partido ante Shapovalov

El balear invierte tres mangas y 3h26m para llegar a cuartos; le espera Zverev

- SERGIO HEREDIA

En este curso de arcilla, cada partido de Rafael Nadal es una agonía. Ayer vivía un sinvivir ante Denis Shapovalov: es un miembro avanzado de la Next Gen, pero nunca un primerísim­a espada.

Para tumbar al canadiense, en 3h26m, Nadal remontó un set en contra y salvó dos bolas de partido: 3-6, 6-4 y 7-6 (3).

Y en otro momento había sufrido ante Rublev. Y ante Ivashka, Nishikori y Tsitsipás. Y ante Zverev (volverán a medirse en Roma, hoy en cuartos). Y ante Sinner.

¿Dónde ha quedado aquel Nadal que, en arcilla, arrollaba a sus rivales desde el primer punto, desde el primer juego?

Va avanzando esta primavera y no acaba de aparecer.

Nadal vive apurado. Como en la víspera ante Sinner, Nadal pierde el servicio en el primer juego. Sirve flojo y sin intención y el canadiense, 14.ª raqueta del mundo, se lo cobra. La diferencia está en que Shapovalov no cede luego. No permite que Nadal le devuelva el break.

Es más, acelera.

Gana el tercer juego y vuelve a romper al balear en el cuarto. En un pispás, se ha llevado 16 de los 19 puntos que se han jugado. Con 0-4 abajo, Nadal parece naufragar. Shapovalov lleva veinte minutos hablando solo.

En realidad, Nadal apenas se dice cosas a sí mismo. En ocasiones, casi tímidament­e, vocea: –¡Vamos!

Al balear no le entra el primer saque y parece vulnerable, más que otras veces, y encima los jueces le van detrás. Le lanzan una advertenci­a por dormirse entre puntos, como el miércoles ante Sinner. En 59 minutos, Shapovalov se apunta el parcial.

Hay curiosidad por ver qué ocurrirá luego. Si Shapovalov sostendrá la velocidad de crucero, o si Nadal empezará a imponer su tenis, de largos peloteos y pelotas pesadas.

Parece imponerse la primera hipótesis.

Shapovalov no afloja. Sigue sirviendo de maravilla y vuelve a acorralar a Nadal. Encadena cinco juegos seguidos. Sirve a 221 km/h y recurre al saque-volea.

Nadal no se rinde, y entonces, aparece. Suma cuatro juegos de

A CONTRAPIÉ

En este tramo de arcilla, cada partido de Nadal es una agonía: ha sufrido con Rublev, Ivashka o Sinner

un tirón. Del 0-3 pasa al 4-3.

Y entonces, quien tiembla es Shapovalov.

La esencia del tenis se condensa en momentos como este, cuando se impone la psicología, la firmeza de un gesto. La fe, sobre las dudas. Nadal se apunta el set y pone contra las cuerdas a Shapovalov, que transige una hora más tarde, en el tie break.

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ALESSANDRA TARANTINO / AP Rafael Nadal, durante su partido ante Denis Shapovalov, ayer

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