La Vanguardia

La Generalita­t y el CGPJ acuerdan impulsar el catalán entre los jueces

El pacto sube el nivel de conocimien­to de la lengua de B2 a C1 para estimarlo un mérito

- Àle ort Barcelona

Solo un 14% de los jueces de Catalunya tienen el nivel básico de catalán y solo siete de cada cien sentencias están escritas en lengua catalana. Son datos que aportó el Departamen­t de Justícia en el 2022. El catalán es un mérito y no un requisito para ser juez en Catalunya, pero con tal de darle un impulso, la Generalita­t y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) han acordado que se valore el nivel C1. Es la suficienci­a que alcanza un estudiante al terminar la ESO.

Desde 1999 y hasta hoy, se ha considerad­o el B2 –un peldaño por debajo del C1– como mérito. La renovación de este convenio tiene una vigencia de cuatro años y será aplicable a la hora de proveer plazas de la presidenci­a del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) y las audiencias provincial­es. El Poder Judicial incluirá la formación en lengua catalana en la oferta para los alumnos de la Escuela Judicial. La Conselleri­a de Justícia, por su parte, se compromete a desarrolla­r “las diferentes actividade­s formativas de catalán, en modalidad presencial o en línea, y emitir los certificad­os acreditati­vos de los diferentes niveles que alcancen los alumnos”.

La propuesta queda lejos de una exigencia de conocimien­to del catalán. De hecho, el Parlament de Catalunya aprobó en diciembre del 2021, con los votos de ERC, Junts, la CUP y los comunes, pedir al CGPJ que el catalán fuera un requisito y no solo un mérito en la provisión de plazas en la administra­ción de justicia en Catalunya. Pero la Generalita­t no puede exigir el catalán a los jueces porque la ley no lo permite. La ley orgánica del Poder Judicial reconoce en el artículo 450.4 como mérito y no una exigencia a todos aquellos que en las comunidade­s con lengua cooficial acrediten conocimien­tos del “idioma propio”.

La escasez en el uso del catalán por parte de los jueces ha aumentado a medida que han ido pasando los años. En el 2005, el 20,1 % de las sentencias se dictaban en catalán. Fue una cifra que no se ha vuelto a repetir y desde entonces ha caído en picado hasta el 7% actual. El descenso más acusado se produjo entre el 2005 y el 2015, cuando pasó del 20,1% al 8,4%.c

La medida se aplicará al proveer plazas de la presidenci­a del TSJC y las audiencias provincial­es

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