Transportes detectó el error en los trenes para Cantabria hace dos años
El Ministerio de Transportes tuvo conocimiento en enero del 2021 de que había un problema de medidas con los trenes que iban a ser diseñados para las vías estrechas de Cantabria y Asturias, según explican fuentes cercanas a la investigación interna que ha abierto el Gobierno. La cartera estaba entonces dirigida por José Luis Ábalos y Pedro Saura era el secretario de Estado. Dos meses más tarde, en marzo, la agencia estatal de seguridad ferroviaria (AESF) dio la primera señal de alarma de forma oficial, indicando que el proyecto podría tropezarse con un grave error de ejecución que podría retrasar los plazos. Se iniciaron entonces una serie de reuniones con los actores implicados –Gobierno, Renfe, Adif y CAF- de carácter técnico para intentar evitar que el fallo en la planificación afectara al contrato. El fallo no escaló a nivel político. Pero es ahora, dos años después, cuando se han comenzado a depurar responsabilidades.
En septiembre del 2021 comenzó a sobrevolar sobre el proyecto la posible solución que ha sido la finalmente aceptada: aplicar el “método comparativo”. Consiste en emplear un tren de referencia que se encuentre operativo sobre las líneas ferroviarias en cuestión, para diseñar los prototipos de los nuevos convoyes.
El Gobierno convoca para hoy la primera reunión del grupo que intentará acortar los plazos de fabricación
Ninguno de los protagonistas concernidos puede explicar en este momento por qué no se hizo nada en estos dos años. Todos intentan desvincularse del problema. De momento, Renfe y Adif han destituido a dos cargos intermedios de las respectivas empresas, aunque podrían no ser los últimos. La ministra Raquel Sánchez encargó sendas auditorías internas en las compañías para conocer qué ocurrió. De forma paralela, la primera reunión del grupo de trabajo que se ha constituido para acelerar los plazos, en el que participan las empresas afectadas y al que se ha invitado a los gobiernos de Cantabria y Asturias, tendrá lugar este miércoles en Santander. Estará dirigida por Xavier Flores, secretario general de infraestructuras, a quien la ministra fichó de la Generalitat.
El error fue claro desde prácticamente el inicio del proceso, indican desde Transportes: se planificaron trenes con un gálibo diferente de forma que, si hubieran llegado a construirse, no hubiesen cabido por los túneles. El problema, según señalan las primeras investigaciones, fue que se tomó como referencia para los pliegos del contrato un protocolo que se aplica para tramos de vías nuevas o remodeladas, y no para las ya operativas, como es la del objeto de la adjudicación. En este punto las miradas se dirigen hacia Renfe, la compañía que redactó dichos pliegos del contrato, que son restringidos y a los que solo tuvieron acceso las compañías que mostraron interés en construir los convoyes.
Un portavoz oficial de CAF, la empresa adjudicataria que se encargará del proceso de fabricación de los trenes, indicó ayer que el error “no debería afectar” a la producción de la compañía, cliente habitual de Renfe. La firma está trabajando en más de 25 proyectos y su intención es “reorganizar la planificación industrial” a lo largo de los próximos años. La empresa va a tener que contratar a otra compañía especializada en la aplicación del método comparativo y el contrato con Renfe tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia.