El goteo de bajas agrava la crisis de Cs en vísperas del 28-M
Más de la mitad de los concejales de Madrid deciden desmarcarse de un proyecto agotado
Que Begoña Villacís se presentará a las elecciones del 28 de mayo sin el grueso de sus compañeros de partido en el Ayuntamiento de Madrid era lo esperado. Pero no porque la vicealcaldesa de la capital los haya abandonado para alinearse con el PP, como ella misma ideó en febrero con un intento fallido, sino porque más de la mitad de su grupo municipal la ha abandonado a ella.
Esta sangría de cargos, algunos de los cuales están opositando seriamente para formar parte de la candidatura del alcalde, José Luis Martínez-almeida (PP), ha obligado al partido a improvisar un equipo electoral de circunstancias en el que –incluyendo a la propia Villacís– tan solo repetirán cinco de los ediles que obtuvieron su escaño hace cuatro años.
Preguntada por ello, la vicealcaldesa optó ayer por pasar página lo antes posible sin dedicar ni un minuto “a la gente que se va o hace determinadas cosas”. “No son Piqué y no les voy a dedicar ninguna canción”, señaló visiblemente apurada por un calendario que apenas le deja 48 días para tratar de cortar la hemorragia y revertir unas encuestas que apuntan a la desaparición del partido del pleno municipal de Cibeles.
La estampa madrileña es casi idéntica a la que está dibujando Cs en Zaragoza. Allí sus seis concejales firmaron en plena Semana Santa su “meditada, firme e irrevocable” decisión de causar baja como militantes amplificando una crisis que no deja de sumar nuevos episodios.
Los casos de Madrid y Zaragoza ponen en evidencia que el proceso de refundación que el partido acometió en enero tras encadenar no pocos descalabros electorales no ha servido para cerrar las heridas. Ni a nivel municipal ni a nivel nacional, como prueba la mudanza de Inés Arrimadas a Jerez de la Frontera que, si bien le permitirá “estar más cerca” de su familia, también le aleja del día a día del partido que sigue representando en el Congreso de los Diputados.
La desbandada de cargos apunta de tal manera al Partido Popular –incluida la de la propia Arrimadas, quien suena para encabezar la lista del PP por la provincia de Cádiz para las próximas elecciones generales– que la propia portavoz nacional de Ciudadanos, Patricia Guasp, calificó ayer el transfuguismo como una forma de “corrupción política”.