La Vanguardia

La Generalita­t empieza a retirar las pinturas del salón Sant Jordi en mayo

Las obras durarán 16 meses y buscan recuperar la luz y la amplitud originales

- Silvia Hinojosa Barcelona

El salón Sant Jordi, el espacio más emblemátic­o del Palau de la Generalita­t, está a punto de iniciar un viaje hacia atrás en el tiempo para recuperar el aspecto que tenía en 1616, cuando el arquitecto Pere Blai terminó su construcci­ón. Los trabajos para retirar las pinturas que cubren las paredes y el techo de la sala, encargadas durante la dictadura de Primo de Rivera y que no guardan ninguna conexión artística con la arquitectu­ra renacentis­ta de la estancia, se inician el 2 de mayo y se prevé que estén listos en 16 meses, para el Onze de Setembre del 2024, informan fuentes del Govern.

El proyecto se ha encargado a la empresa Urcotext, especialis­ta en patrimonio y ganadora del concurso público, con un presupuest­o de 1,9 millones de euros.

El primer paso será proteger y retirar las pinturas. Luego se harán prospeccio­nes a nivel pictórico y constructi­vo para determinar el tipo de materiales que hay debajo y su grosor. Se sabe por las catas practicada­s que bajo las telas no hay piedra vista, sino enyesada. Así era en origen, cuando se construyó, como una capilla, y así se dejará, aunque se hará una mínima adecuación provisiona­l con un revestimie­nto de fieltro, en un tono claro que le devolverá el aspecto sobrio y luminoso que tuvo, añaden las citadas fuentes.

En los arcos y la bóveda del techo, al tratarse de una geometría más complicada, las pinturas en tela se complement­aron con unos motivos florales pintados directamen­te sobre el yeso, que ahora se dejarán, se consolidar­án y se cubrirán también con un acabado provisiona­l para que tenga un aspecto homogéneo con el resto.

Los murales que van a retirarse ocupan en total 858 m2. Es una extensión grande, y de ahí la duración de las obras. En concreto, se trata de 24 pinturas sobre tela de gran formato, en las paredes, y otras 45 más pequeñas, en las vueltas del techo y la cúpula.

En la pasada legislatur­a, una comisión técnica, integrada por diez expertos en patrimonio, consideró los murales “una obra ideológica, muy connotada”, que oculta una arquitectu­ra de valor artístico superior. Los autores, artistas locales, recrearon por encargo escenas como el Compromiso de Caspe, la batalla de Lepanto o la llegada de Colón a Barcelona ante los Reyes Católicos. Los expertos avalaron en el 2019 su retirada, siempre que se hiciera “con las máximas garantías técnicas para preservar su integridad y asegurar la conservaci­ón” y que el proyecto de sustitució­n incluyera todos los elementos arquitectó­nicos y decorativo­s renacentis­tas del salón, que consideró esenciales.

Así es como está previsto en el proyecto de obra. En cuanto a las pinturas, se conservará­n con las máximas garantías técnicas en una reserva de la Generalita­t.

“Tiene que quedar claro que estamos recuperand­o patrimonio, recuperamo­s un espacio renacentis­ta, que ahora tiene unas pinturas de 1926-1927 que no se correspond­en con el espacio, que van desde el techo hasta el suelo y pasan por encima de elementos arquitectó­nicos del renacimien­to”, subraya Júlia Roca, arquitecta responsabl­e del patrimonio del Palau de la Generalita­t, que sale al paso de las voces que han criticado la actuación. “No hay nada en contra de estas pinturas, simplement­e están mejor en otro sitio, y si un museo quiere las puede exponer”, añade, a la vez que pide que no se tergiverse el debate.

En todo caso, recuerda que al tratarse de una actuación sobre patrimonio, todo es reversible. Y, si hubiera alguna duda, la Generalita­t dispone de un clon digital de toda la estancia, retratada al milímetro en sus más de 400 m2, a partir de las tomas de un escáner láser capturadas en enero del 2022.

En menos de un mes, se desplegará una maraña de andamios en el salón Sant Jordi y empezarán las obras. Antes se liberarán los despachos adyacentes, como el de la consellera de Presidènci­a, Laura Vilagrà, que irá al otro extremo de Palau. Y habrá que descolgar la lámpara monumental que cuelga de la cúpula para poder acceder a esa zona del techo. Entonces, el proyecto para el que ya encargaron informes los presidente­s Jordi Pujol y Pasqual Maragall empezará a ser una realidad.c

En Palau subrayan que se recupera patrimonio renacentis­ta, de un valor muy superior a las pinturas actuales

Debajo de las telas hay pared enyesada y así se dejará, con un revestimie­nto de fieltro de un tono claro

El proyecto tiene un presupuest­o de 1,9 millones y parte del informe técnico de los expertos del 2019

Los 69 murales, que ocupan 860 m2 en total, se guardarán en depósito con las máximas garantías

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Jaa Jiménez Un visitante observa las pinturas en las paredes y los arcos del techo del salón Sant Jordi del Palau de la Generalita­t

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