No olviden el mostacho
El Ayuntamiento de Barcelona ha convocado un concurso internacional de ideas para erigir un monumento a Ildefons Cerdà, un monumento digno de este nombre y no un despropósito como el que durante años hubo en la plaza que lleva el nombre del urbanista. Carles Cols ha publicado en El Periódico un artículo donde detalla los diversos intentos que ha habido a lo largo de más de un siglo. El primero, en 1884. El segundo, en 1888, con motivo de la Exposición Universal. Ambos fracasaron. El tercero fue el antes mencionado despropósito que pusieron en la plaza Cerdà y que duró hasta 1971. Hubo una cuarta tentativa después de los Juegos Olímpicos, cuando Joan Clos se convirtió en alcalde. El proyecto acabó en manos de Javier Mariscal y, explica Cols, “con discreción, se optó por esperar que las informaciones publicadas sobre aquella cuestión quedaran enterradas en la hemeroteca”.
De la propuesta actual se sabe que se instalará en la intersección de la Diagonal, la Gran Via y la Meridiana, en las Glòries, y que podría alojar un museo debajo, porque en su centro no hay túneles, ni de metro ni de coches. El presupuesto es de un millón de euros. El concurso de ideas está abierto a cualquier planteamiento estético.
En estos últimos años, el urbanismo colauero no ha hecho más que trinchar la obra de Cerdà con un delirio militante. El último, la supermanzana de Consell de Cent, que no hace más que complicar la vida a los habitantes de la zona. Con ese panorama y a poco más de un mes para las elecciones, ¿qué mejor que convocar un concurso internacional para erigir un monumento a Cerdà e intentar así simular que lo valoran y lo aprecian mucho?
La guinda sería que el monumento consistiera en una escultura de Jaume Plensa, una de esas lindas caras que crea; en este caso, con un mostacho colosal, como el que llevaba el urbanista.
Concurso de ideas para erigir un monumento a Ildefons Cerdà