La Guardia Urbana intensifica su presión sobre los VTC fuera de la ley
Inmoviliza 10 coches, denuncia 27 infracciones e inspecciona a 42 conductores
La Guardia Urbana de Barcelona está intensificando esta semana su lucha contra todos aquellos que compiten de un modo desleal con los taxistas de toda el área metropolitana. De esta manera, tal y como pudo verse ayer mismo en los alrededores de la estación ferroviaria de Sants, uno de los puntos más calientes de la ciudad, los policías municipales comprobaron si acaso los vehículos de alquiler con conductor que iban y venían estaban trabajando conforme a la normativa.
La campaña en cuestión de la Guardia Urbana arrancó este lunes y durará toda la semana. En un par de días y medio realizaron 42 inspecciones que arrojaron 27 denuncias y una decena de coches inmovilizados. Cada sanción interpuesta es aplaudida por los taxistas como agua de mayo. Y la inmovilización de vehículos y la llegada de la grúa municipal desata la euforia de estos conductores. Fuentes del Ayuntamiento subrayaron que se trata de una iniciativa habitual.
“El objetivo de este dispositivo de control específico –abundan las fuentes municipales– es controlar el uso correcto de los vehículos de hasta nueve plazas dedicados al transporte de viajeros, tanto si están estacionados como si están circulando por la ciudad, para controlar el intrusismo y las conductas no permitidas. El tipo de conductas que se sancionan están relacionadas principalmente con el estacionamiento y la circulación de vehículos VTC, que no pueden estacionar ni circular con la intención de captar clientes. Estos controles se están llevando a cabo en estaciones de trenes y autobuses, puntos de interés turístico, zonas comerciales, vías principales...”.
La verdad es que la aplicación definitiva del decreto ley de la Generalitat que desde principios de año restringe de una manera muy severa la actividad de los coches de alquiler con conductor está resultado un tanto confusa. Los vehículos que desde hace años prestan este servicio mediante las aplicaciones de las grandes plataformas digitales, caso de Bolt, Uber y Cabify, continúan circulando por la ciudad pese a no cumplir muchos de los requisitos que establece este nuevo marco.
El papeleo, la tramitación de los nuevos permisos, está resultando mucho más farragoso de lo esperado. Además, la reciente aparición de un millar de licencias VTC aún con derecho a prórroga traspapeladas en un cajón del Departament de Territori alimenta el desconcierto. Lo que está claro, sin embargo, es que estos coches han de contratarse con una antelación de al menos un cuarto de hora y que de ningún modo pueden merodear por las calles a fin de hacerse con clientes.
A pesar de que las inmovilizaciones de los infractores están siendo frecuentes en toda la ciudad, los taxistas del área metropolitana continúan velando sus armas y preparando sus nuevas protestas contra la proliferación de conductores piratas en el aeropuerto de Barcelona. De hecho, este mismo lunes tienen previsto llevar a cabo “una invasión del hall de la terminal 1, con paro incluido del servicio mientras dure la concentración”.
Además, martes, miércoles y jueves montarán ”una pitada infernal”, “una marcha lenta entre terminales” y “una segunda invasión”. El gremio advierte que si la Generalitat y Aena no atienden sus reivindicaciones recrudecerá sus protestas. Los taxistas les exigen, entre otras muchas cosas, que mejoren las áreas dedicadas a los taxis y su espera, que los Mossos y la seguridad del aeropuerto redoblen su presión sobre los piratas, que la megafonía advierta a los viajeros de su presencia...
También, a fin de apaciguar los muy caldeados ánimos entre los taxistas y frenar sus intensas críticas a la Generalitat, esta semana el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, detalló que en lo que llevamos de años los Mossos inspeccionaron 588 vehículos en los alrededores del aeropuerto , y que fruto de estas inspecciones denunciaron a 89 conductores. Al parecer la mayor parte de ellos trataba de trabajar de manera ilegal con vehículos particulares. “Tenemos la convicción de que no puede haber intrusismo laboral”, insistió el conseller en unas declaraciones a la ACN.C
Los taxistas ultiman sus próximas movilizaciones en el aeropuerto contra el intrusismo en su oficio