EE.UU. modera la inflación al 5%, más de lo previsto pero aún lejos del objetivo
El FMI aconseja una política fiscal dura para apoyar la lucha contra el alza de precios
La inflación se ralentizó en EE.UU. al 5% en marzo en su valor anualizado, un descenso más pronunciado del esperado. Esto significa el nivel más bajo en casi dos años, desde mayo del 2021, pese a que sigue siendo muy alto, por encima de la media del 2,1% de los tres años previos a la pandemia.
Los precios subieron en marzo el 0,1% en comparación al mes previo, también menos de lo pronosticado por los expertos. Los mercados bursátiles fueron al alza al difundir esta noticia el Departamento de Estadísticas.
En febrero los precios habían subido un 0,4% y el índice de precios al consumo se quedó en el 6%. Así, el dato de marzo demuestra que la economía empieza a enfriarse, fruto del empecinamiento de la Reserva Federal (Fed o banco central) en su esfuerzo por restringir el acceso al dinero con nueve subidas consecutivas de los tipos de interés. Lejos queda una inflación del 9,1% de junio del 2022, cuando se tocó el techo y sonaron todas las alarmas.
En un año se ha pasado en los tipos del 0-0,25% al 4,75-5% actual y se espera que en la reunión de mayo suban otro cuarto de punto. Los gobernadores del banco central federal consideran que la inflación todavía es muy alta en relación al 2% que tiene la Fed como objetivo, el terreno que considera confortable.
Pese a constatar este buen logro si se mira a hace un año, los analistas remarcaron que este resultado no cambiará la determinación de la Fed en su combate contra los precios.
Porque, además, el núcleo de ese índice, que excluye los elementos más volátiles como la alimentación y la energía, continúa subiendo, en parte por la presión inflacionaria en la vivienda, con un encarecimiento del 0,6% en marzo y un 8,2% anual. Este núcleo, conocido como inflación subyacente, registró un incremento de precios del 0,4% de un mes al otro y se sitúa en el 5,6% en la tasa anualizada, por encima del 5,5% de febrero. Esto representa la primera aceleración desde el pasado septiembre.
Los expertos recordaron que no se debe esperar que la inflación desacelere de forma rotunda. Un abaratamiento del 3,5% en el precio de la energía y el mantenimiento del de los alimentos (sin cambios en comparación a febrero) contribuyeron de forma decisiva al frenazo de la inflación.
El precio de los alimentos en los hogares, en concreto, cayó un 0,3%, la primera vez que esto ocurre desde septiembre del 2020. Los huevos son un buen indicador. Han empezado a ser menos caros, pero siguen lejos de los precios habituales de antes.
La publicación de estos datos coincidieron con el informe sobre vigilancia fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI) que celebra en Washington su reunión de primavera, donde tuvieron lugar protestas en contra de los combustibles fósiles.
En este informe se indica que la situación fiscal global está sujeta a una gran incertidumbre al desacelerarse el crecimiento, en gran parte por la política de tipos altos para poner coto a la alta inflación. El Fondo Monetario Internacional recomienda políticas de endurecimiento fiscal para ayudar a rebajar la inflación, que se compense con incentivos a los colectivos más vulnerables, y evitar que todo el peso de la política contra la subida de precios recaiga sobre las subidas de tipos de interés.c