La Vanguardia

¿El canario en la mina?

- Josep Oliver Alonso

El FMI ha hecho públicas sus proyeccion­es para la economía global. No insistiré sobre ellas excepto remarcar su tono más bien sombrío, con la balanza de riesgos y mejoras sesgada hacia los primeros. La razón de ello radica en una inflación que, en particular para la subyacente, el Fondo ve más persistent­e de lo que había supuesto. ¿Corolario? Continuida­d en las alzas de tipos de interés y reducción de los abultados volúmenes de deuda pública de la banca central, lo que podría terminar generando un duro aterrizaje de la economía global.

Pero si el World Economic Outlook se ha comentado ampliament­e, su Global Financial Stability Report apenas se ha referencia­do. Y de su lectura conviene destacar algunos relevantes elementos.

Primero, el sector bancario se está estresando: las alzas de tipos de interés comportan pérdidas potenciale­s en sus tenencias de bonos (públicos y privados) y hacen más costosa su financiaci­ón. Segundo, añadan las vulnerabil­idades del sector financiero no bancario: hedge funds, fondos de pensión, compañías de seguros y otros gestores de activos. No se conocen los riesgos acumulados por el incremento en los tipos de interés y las turbulenci­as de los mercados. Pero están ahí, latentes.

Tercero, algunas tensiones ya han emergido en ámbitos particular­es del sistema financiero, como los del capitalrie­sgo, tecnológic­o o del inmobiliar­io no residencia­l. En lo tocante a este último, el BCE ya ha demandado un aumento en su control y reglas de funcionami­ento: la posibilida­d que los inversores retiren en cualquier momento sus fondos puede situar a las empresas del sector en una difícil posición de liquidez.

Cuarto, recordator­io de lo que podría suceder. Antes de la implosión de Lehman Brothers, hubo avisos que se interpreta­ron como fenómenos aislados: bloqueo de reintegros de tres fondos de la Banque Nationale de Paris (agosto 2007), pánico bancario de Northern Rock (septiembre 2007) o quiebra de Contrywide Financial (enero 2008) o Bears&sterns (marzo 2008). ¿El canario en la mina? Quizás: Pierre-olivier Gourinchas, el economista jefe del FMI, ha advertido que la crisis de los fondos de pensiones británicos el pasado otoño y el colapso de Silicon Valley Bank y Credit Suisse podrían ser, también, presagios de dificultad­es todavía sin emerger.

Finalmente, el FMI advierte del difícil equilibrio que afrontan los bancos centrales: dureza de la política monetaria, para reducir el avance de los precios y prudencia, para no desestabil­izar los mercados. Veremos si lo consiguen.

Tras más de una década de expansión monetaria, el Fondo apunta a la generosida­d de la banca central como el origen de los actuales males: los esfuerzos 2008-22 para suavizar el impacto de la crisis financiera pueden acabar estallándo­nos en la cara hoy. ¡Ay, Dios! El pasado de aquella crisis no termina de morir.

Antes de Lehman, hubo avisos que se interpreta­ron como fenómenos aislados

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