Cuatro muertos a tiros durante un cumpleaños juvenil en Alabama
El autor del tiroteo hirió a numerosos asistentes a la fiesta de adolescentes
Es probable que las cifras que aquí se exponen hayan cambiado cuando usted lea esta noticia: los contadores de muertos por arma de fuego en Estados Unidos no paran de subir.
En el momento de redactar esta información, las fuentes oficiales cifraban en cuatro fallecidos y una veintena de heridos las víctimas de un tiroteo durante la fiesta de cumpleaños de una adolescente en una sala de fiestas de Dadeville, pequeña ciudad del condado de Tallapoosa en Alabama.
Y el Archivo de Violencia Armada (Guns Violence Archive) situaba en 5.250 el recuento de bajas mortales en asesinatos y homicidios por disparo de bala en lo que va de año, gran parte de ellos en alguno de los 163 tiroteos masivos registrados hasta ayer en el conjunto del país. El promedio es de 50 muertos a tiros cada día.
Los activistas contra la venta libre de armas de todo tipo, enfrentados en una sorda guerra civil con los partidarios de los rifles de asalto para todos, lo llaman “epidemia de violencia armada”.
El suceso de Dadeville se conoció ayer por la mañana, con datos tardíos y a cuentagotas. Según la Agencia Estatal de Cumplimiento de la Ley, ocurrió poco después de las 10.30 horas de la noche del sábado en el Mahogany Masterpiece Dance Studio de esta localidad de unos 3.000 habitantes.
La institución no concretó de inmediato quién pudo ser el autor –al parecer uno– ni qué móvil lo impulsó. Solo indicó que había cuatro muertes confirmadas mientras que otras fuentes hablaban de cinco o de seis. Y se mencionó un posible “altercado”.
Según el diario Montgomery Advertiser, entre los fallecidos estaba el estudiante de último año de secundaria y destacado jugador de fútbol americano Phil Dowdell, que iba a graduarse en unas semanas, según reveló su abuela, Annette Allen. En la fiesta
En lo que va de año la cifra de muertos en tiroteos en EE.UU. llega a 5.250, a razón de cincuenta al día
se celebraba el 16.º cumpleaños de Alexis, hermana de Phil. La madre de ambos resultó herida, añadió Allen.
“Esta mañana, lloro con la gente de Dadeville y mis compatriotas de Alabama. El crimen violento no tiene cabida en nuestro estado”, dijo en un comunicado la gobernadora estatal, Kay Ivey.
El tiroteo de Alabama fue el segundo masivo con más de una víctima mortal en este último fin de semana en EE.UU.; el otro fue en un parque de Louisville, Kentucky, también el sábado, con dos muertos y cuatro heridos.
La violencia letal va a más desde hace tres años en Estados Unidos. Pese al creciente reclamo popular de medidas contra la venta a la población civil de armas de asalto, en especial del fusil de moda entre los asesinos, el AR-15, los republicanos se oponen a introducir nuevas restricciones o recuperar las que rigieron durante algún tiempo, como la prohibición de ciertos rifles entre 1994 y 2004. La Asociación Nacional del Rifle financia las campañas de no pocos de estos políticos, y una parte importante de la población sigue defendiendo el libre acceso a pistolas y rifles.
No importa que, por citar solo las matanzas más recientes, un bancario matara a tiros a cinco colegas el pasado lunes en Kentucky. O que tres niños de 9 años y tres empleados de una escuela cristiana privada en Nashville, Tennessee, fueran asesinados por un exalumno el 27 de marzo.
La epidemia sigue su curso.