La Vanguardia

Liderato terrorífic­o

El Barça vuelve a comandar la Liga Endesa tras tumbar al Real Madrid en el Palau pero pierde a Higgins, Vesely y Abrines por lesión

- Luis Buxeres

Adelantand­o, que es gerundio. Primero, por la izquierda en la Euroliga en la última jornada. Y ayer, por la derecha, de nuevo al Real Madrid en un clásico con claro color azulgrana que, junto con la derrota del Baskonia, devuelve a los de Jasikevici­us al liderato de la Liga Endesa. Un triunfo, eso sí, que llegó con una factura que quién sabe si será demasiado pesada. Higgins, Vesely y Abrines dejaron la pista lesionados a diez días del comienzo de los playoffs europeos. Peor momento, imposible.

Había saltado el Barça al parquet tan conectado como demostró estar el Palau, con más ganas de mambo de lo habitual. Le comenzaron entrando con facilidad los triples a los de Jasikevici­us. Uno, dos y hasta tres casi seguidos sin fallo. El último, de Satoransky, dibujaba el 13-7. Pero las primeras rotaciones del técnico lituano no le sentaron nada bien a su equipo ante un Madrid que, ante las bajas, se veía forzado a alargar el minutaje de sus hombres.

No ordenó Chus Mateo su primer cambio hasta el octavo minuto, pero menudo cambio. La irrupción de Musa en pista acabó de voltear lo que estaba sucediendo en la pista, que se teñía de repente de blanco. El Barça estaba muy espeso en ataque y las pérdidas se volvían a acumular en su hoja estadístic­a. Con el bosnio como punta de lanza, combalgia pletó el Madrid un 0-12 que le brindó su máxima diferencia (1522). Las malas noticias se acumulaban en el bando azulgrana porque Higgins, que partió en el quinteto inicial, sufría una lumque le apartaba del duelo.

Con más fe que juego, el Barça intentaba esquivar como podía los mazazos que le seguía endosando un inspiradís­imo Musa (16p al descanso). Rotaba y rotaba Jasikevici­us intentando dar con la tecla. Y eran Satoransky y Mirotic los dos jugadores que le ofrecían más fiabilidad en ataque. Los azulgrana iban arañando puntos poco a poco, sin prisa pero sin pausa, capaces de ir recortando distancias en el marcador a un Madrid que sin Musa no daba con el interrupto­r. Tavares, además, se enzarzaba en protestas innecesari­as y no era capaz de imponer su ley en la zona. Aprovechó la circunstan­cia el Barça para irse incluso con ventaja a vestuarios, tras un gran esfuerzo.

La segunda mitad comenzaba con una de cal y una de arena para los locales. Tavares cometía su tercera falta personal pero, a su vez, se confirmaba también una lesión de Vesely en la rodilla izquierda. Segunda baja de peso para Jasikevici­us. A pesar de eso, el Barça confirmó su mejoría y regresó a la senda del acierto en el triple, lo que le permitió empezar a encarar el camino del triunfo. Unos últimos minutos eléctricos en el tercer acto acabaron con un contundent­e 76-59 en el marcador, tras dos tiros libres de Kuric.

El Madrid daba claras muestras de cansancio y los azulgrana, muy enchufados, solo debían acertar gestionand­o esa ventaja en los diez últimos minutos. Los blancos apretaron las tuercas en defensa en un último intento por regresar al partido y, con un gran Yabusele, estuvieron a punto de conseguirl­o. Un 0-11 para empezar el cuarto devolvía la zozobra al Palau, alentada por la torcedura del tobillo izquierdo de Abrines. Pero se serenaron los azulgrana y se fue apagando el Madrid hasta que sonó la bocina. El liderato era para el Barça, pero la factura para conseguirl­o fue terrorífic­a.

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Mnric Fontcubert­a / EFE Kalinic se lanza para salvar un balón que se escapaba por la línea de fondo
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