Sant Jordi en ‘La Vanguardia’
Los periodistas y articulistas se reunieron en el hotel Casa Fuster para la foto tradicional
Los teléfonos móviles han creado la falsa percepción de que hacer una fotografía es algo sencillo. Pero lo cierto es que, si se quiere hacer un retrato de calidad, hace falta destreza. Así se evidenció el pasado miércoles en el hotel Casa Fuster de Barcelona, que acogió a algunos periodistas y articulistas de La Vanguardia que han publicado libro los últimos meses. Mané Espinosa fue el encargado de resaltar el mejor perfil de cada uno.
“Ha sido un año de lo más productivo”, dijo al ver a tanta gente en el café vienés del recinto Màrius Serra, que acaba de rescatar al pintor Matías Palau Ferré en La dona més pintada (Proa). Gemma Sardà le daba la razón. La protagonista de su último libro, Lady Puffin (Comanegra), también domina las cámaras, aunque si algo la caracteriza es su pasión por los frailecillos, unas aves que también cautivan a su autora. No fue la única mujer allí presente. La acompañaron Marta Rebón, cuyo ensayo El complejo de Caín (Destino) ayuda a comprender mejor la guerra en Ucrania; y Sara Sans, que llevó consigo un ejemplar de Rebarcelona, repensant la ciutat que ve, una publicación del Ayuntamiento de Barcelona en la que mantiene una conversación con expertos sobre la ciudad.
Son más las compañeras que cuentan con una novedad editorial, como Lola García (El muro: El poder del Estado ante la crisis independentista, Península); Carme Riera (La paz de los sueños felices, Bruguera/edicions 62); Laura Freixas (¿Qué hacemos con Lolita?, Huso); Imma Monsó (La maestra y la bestia, Anagrama); o la siempre sonriente Anaïs Martí que, junto con otras periodistas deportivas, escribe Superheroïnes de l’esport (Ara Llibres).
Especial distinción a Arturo San Agustín, primero en llegar. Acaba de publicar Pasaporte sentimental (Catedral), libro que lleva al lector a las cuatro esquinas del mundo, como también lo hace Plàcid Garcia-planas al hablar de las vivencias del corresponsal Tomás Alcoverro en Todo por decir (Carena/pòrtic) o Xavier Aldekoa en Quijote en el Congo (Península/columna), siempre con África en mente. ignacio Martínez de Pisón los escuchaba atento. Su novela Castillos de fuego (Seix Barral) es una lección de la posguerra española. No tardó en unirse al corro un alegre Toni Aira con un ejemplar bajo el brazo de su thriller con trasfondo político Cos a terra (La Campana). De política también habla Manel Pérez en La burguesía catalana (Península), que refleja varios escenarios, muchos comunes con los que ha vivido Màrius Carol en las redacciones por las que ha pasado y que evoca en Historias de la canallesca (Libros de Vanguardia).
La guinda deportiva la aportó Sergio Heredia con su Soy un superhéroe (Libros de Vanguardia) y el toque de color, Oriol Malet, que junto a Jair Domínguez sacan adelante El Grinch de Sant Jordi, un monstruo más malvado que el dragón de esta fiesta. La pincelada viajera la protagonizaron Miquel Molina, con sus Siete días en la Riviera (Catedral), donde recupera la esencia de los paisajes que cautivaron a Patti Smith o los Rolling Stones; y Xavier Casinos, que saca adelante el cuarto volumen de su famosa serie Barcelona secreta (Viena Edicions). Otro viaje, aunque metafórico, es el de Fèlix Riera en El retorn al bosc (Pòrtic), donde aporta pistas para comprender el malestar causado, entre otros, por la crisis climática o el control de los algoritmos.
Los cuentos también tuvieron representación gracias a Blai Felip Palau y su No et facis il·lusions (Columna), un homenaje a la olvidada ele geminada. Y en cuanto al aporte futurista, este año lo dan José Ramón Ubieto y Jorge Carrión. El primero plantea en ¿Bienvenido metaverso? (Nuevos Emprendimientos) las oportunidades e incógnitas sobre lo presencial y lo virtual. Mientras, Carrión abre el debate de la escritura automática en Los campos electromagnéticos (Caja Negra Editora). No es su única novedad, pues también cuenta con la novela gráfica El Museo (Norma).
Además de los ya mencionados, vuelven a las librerías Quim Monzó, Sergi Pàmies y Julià Guillamon (Si la memòria no ens falla, Libros de Vanguardia); Carlos Zanón (Cien formas de romper un glaciar, Salamandra); Sergio Vilasanjuán (Vargas Llosa sube al escenario, Libros de Vanguardia); Jordi Llavina (Un llum que crema, Proa); Joan Esculies (Tarradellas, RBA); Ramon Aymerich (El desencanto global, Libros de Vanguardia); Llàtzer Moix (Palabra de Pritzker, Anagrama); y Pere Cullell (Mala gente, Destino/columna), que escribe junto a Enrique Figueredo, a quien sí se le vio contando sus habituales chistes.
A todos ellos Joaquín Luna les habría invitado a un vermut de no ser porque el tiempo apremiaba. La próxima vez, si el encuentro es nocturno, tal vez se anime mientras repasa las anécdotas de Esta ronda la pago yo (Libros de Vanguardia). Pero los estómagos rugían así que, antes de terminar, subieron todos a la terraza para hacerse la última foto, la definitiva. Sonrisa, aplauso y ¡a comer!
Novela, cuentos, crónicas o ensayo, entre las publicaciones de los autores de la casa
Los libros que este año publican periodistas y articulistas miran tanto al pasado como al futuro