Sin móvil en el lavabo

Se llama Temperatura, como la novela de Francesc Trabal, pero no tiene nada que ver porque se trata de una revista. Su subtítulo es “revista para ir a cagar”. En la web desde la que se promociona hablan de sus virtudes: “Temperatura es una revista buenísima. De verdad, buenísima. La hemos fundado un grupo de amigos que, viendo el panorama, queremos distraernos mientras nos dure la miseria. Cada número incluye un batiburrillo de entrevistas, reportajes, artículos, cuentos, viñetas, cómics, pasatiempos y un largo etcétera-etcétera”. Que repitan la locución etcétera (“etcétera-etcétera”) deja claro que no saben qué quiere decir exactamente.

Su gancho es promocionarse como una revista “para ir a cagar”. ¿En qué se diferencia del resto de revistas que, aunque también se pueden leer en el váter, en principio están hechas para poder ser consultadas en cualquier lugar? Yo diría que en nada, pero ese cebo incentiva la curiosidad. La escatología siempre vende, aquí y en el país del Sol Naciente, también conocido como Japón. En el Diari de Girona, Albert Soler entrevista a sus dos impulsores a la par que redactores, Marc Diudé y Pol Estrada.

Cuando Soler les pregunta si la sociedad actual está enferma (un asunto de vibrante actualidad), contestan: “No sabemos si está enferma, pero hay muchas cosas que mejorar. Ideológicamente estamos un poco perdidos, hay sensación de derrota constante. El punto de unión de la gente de nuestra generación es que creemos que no hay futuro”. Cuando les pregunta si el subtítulo escatológico se debe a la calidad del papel, contestan: “Buscábamos reivindicar que, al menos en el momento de ir a cagar, dejáramos de lado la dictadura de los móviles”.

¡“La dictadura de los móviles”! He ahí un knockout inapelable contra la ciberadicción. No descarto que les otorguen el premio Elies Ranera de fomento de la lectura. ¡Feliz Sant Jordi!

Su gancho es promocionarse como una revista “para ir a cagar”