Maragall: “Vengo a sustituir a Colau, a dar fin a una etapa de daños y perjuicios”
El candidato republicano anuncia una propuesta alternativa a las supermanzanas
El alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, dejó claro ayer que no hará alcaldesa a Ada Colau, “en ningún caso”. “Nosotros hemos venido con la pretensión de ganar, pero sobre todo de sustituir a Colau, de dar fin a una etapa que ya ha demostrado su capacidad de generar daños y perjuicios a la ciudad”, comentó el veterano político en el ciclo de entrevistas Objectiu Barcelona, organizado por Barcelona Global y La Vanguardia en Casa Seat. Con contundencia, el candidato republicano dio por finiquitada la era Colau y pronosticó que prevé un empate a cuatro, entre su partido, el PSC, Junts y Bcomú, en la próxima cita electoral.
La actitud crítica con Colau planeó durante todo el acto, moderado por Enric Sierra, director adjunto de La Vanguardia, y en el que miembros de Barcelona Global plantearon diferentes cuestiones a Maragall. El candidato rehuyó concretar su postura ante temas polémicos, como la ampliación del aeropuerto o los cruceros, pero sí reivindicó buscar complicidades con la Generalitat y con el sector privado a la hora, por ejemplo, de dar un empuje a infraestructuras de investigación. “Tenemos centros de excelencia internacional, pero no tenemos un sector económico que siga su recorrido. El rol de lo público es dar impulso, ser catalizador de que cada euro público genere diez privados”, consideró.
El entrevistado insistió en su oposición al vigente modelo de las supermanzanas y censuró que se esté intentando utilizar el Eixample como “instrumento regulador de la movilidad en el área metropolitana. No funciona, tiene efectos contraproducentes, provoca gentrificación y altera la red social de la ciudad”, subrayó. Ayer, avanzó que su candidatura lanzará una propuesta para reducir el tráfico en la ciudad consciente también de los imperativos que marca el impacto del cambio climático. En este sentido, reclamó “ir a fondo en la electrificación de la flota de taxis” y comentó que pondrá sobre la mesa “una alternativa equitativa, progresista y acordada con la ciudadanía a las supermanzanas” sin dar más detalles sobre esta. Cada día entran en Barcelona unas 500.000 personas para trabajar y salen otras 150.000, según los datos que aportó. Este elevado flujo de movimientos urge a que los políticos busquen soluciones de consenso y, sobre todo, promuevan avances en el transporte público.
La movilidad y la vivienda son temas puntales en la capital catalana. La precariedad de los sueldos y los precios estratosféricos hacen para muchos imposible el acceso a un hogar.
Maragall prometió que, si gana, activará suelo para solucionar el déficit de vivienda. “Hay una demanda que no se puede satisfacer, es perentorio reaccionar, tenemos los instrumentos, hay suelo, nosotros nos hemos comprometido a crear viviendas al ritmo de 5.000 al año, un total de 20.000 durante el mandato, de las cuales 8.000 protegidas”, señaló. El alcaldable abogó por acuerdos con el sector privado y consideró que es necesario revisar la cláusula que establece que los promotores destinen el 30% de las nuevas obras a pisos asequibles.
Respecto al debate sobre la masificación turística, el alcaldable de ERC se limitó a reconocer que es necesario decidir cuál es la capacidad de Barcelona y definir el modelo que concilie los intereses de todos.