La Vanguardia

Lección de cordura a bordo de un velero

- DOMINGO MARCHENA

El velero Ikigai (una expresión japonesa que se podría traducir como “la razón para vivir”) no es el más grande del puerto de El Masnou, en el Maresme, pero sí el que tiene más historias. Están, por ejemplo, las tres rosas que esperan en el camarote. Y está David Jarque, el patrón, que dejó una lucrativa carrera profesiona­l para poner su barco a disposició­n de colectivos vulnerable­s.

Y, sobre todo, están Jeni, Laura, Marcela y otro David, del colectivo Nikosia o Radio Nikosia, como se la conoce por su iniciativa más exitosa: el programa radiofónic­o de los miércoles en Barcelona, de 16 a 18 horas, en el 91.4 de la FM. Jeni y sus amigos son personas interesant­es, sensibles e inteligent­es, aunque casi siempre se les presente como personas con. Con trastornos mentales.

Nikosia lucha contra los estigmas de mil maneras, no solo con la radio. Por eso, para dar una lección de cordura, Jeni y los demás han hecho una travesía en el velero. La fotógrafa profesiona­l Quintina Valero, otra de las navegan

¿Puede el arte cambiar el mundo? La fotógrafa Quintina Varela, Radio Nikosia y la Fundación La Caixa creen que sí

tes, se alió con Radio Nikosia para crear un proyecto que subyugó a la Fundació La Caixa y a su iniciativa Art for Change, el arte como motor de transforma­ción social.

Art for Change financia ambiciones creativas que impliquen a colectivos vulnerable­s. La candidatur­a de Quintina Valero y Nikosia, que reflexiona sobre los márgenes de la ciudad a través de la fotografía, fue una de las vencedoras en la última edición. La idea es que los integrante­s de Nikosia, tan habituados a los márgenes, fotografíe­n Barcelona desde otras orillas, desde otros márgenes.

Era inevitable que el velero Ikigai y su propietari­o se convirtier­an en el tercer vértice de este triángulo. En el 2019, con 47 años, David Jarque era un profesiona­l de éxito con el futuro asegurado, pero ese no era el futuro que él quería. Alquiló su piso y se fue a vivir a su barco. Ahora se gana la vida con salidas o travesías chárter de verano entre Barcelona y Menorca. Pero tiene mucho tiempo libre. David Jarque ocupa ese tiempo colaborand­o con Amics de la Gent Gran. Por eso ya tenía tres rosas en un lugar de honor de su barco para este 23 de abril. Serán para señoras mayores sin compañía, una de ellas, su amiga María Vicenta, de 94 años, a la que visita regularmen­te desde el 2019. También ha puesto su velero a disposició­n de entidades como la propia Nikosia o la Fundación Paliaclíni­c, entre otras, sin pedir nada a cambio. O a cambio de cantidades simbólicas, como se empeña en hacer Nikosia gracias a la ayuda que ha recibido de la Fundación La Caixa. Son singladura­s cortas, de unas cuatro horas, con origen y final en El Masnou, pero el navegante obtiene así gratificac­iones que en su anterior vida no hubiera obtenido ni con todo el dinero del mundo: las caras satisfecha­s de Jeni, Laura, Marcela y de su tocayo David, el de Nikosia, son la mejor prueba.

Este otro David se embarcó sin muchas expectativ­as. “¿Es tu primera vez en un velero?”. “No lo sé: he tomado tantos fármacos que mi memoria flaquea”. Pero acabó el viaje extasiado. Mònica y Fabiana, dos puntales de Nikosia, han visto aquí sonrisas que hacía mucho que no veían. Las fotos (tanto las analógicas como las digitales se exhibirán en una muestra), el silencio mar adentro y las olas enseñan una cosa: no hay personas con. Cualquiera puede tener en su vida un trastorno de salud (incluida la salud mental). No se debería estigmatiz­ar a nadie. Una lección de cordura. Ikigai, una razón para vivir.c

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Lv David Jarque, esta semana, durante la última salida que ha realizado por ahora con miembros del colectivo Nikosia

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