Exhumación discreta y sin testigos de Primo de Rivera en el Valle de los Caídos
Sesenta y cuatro años después de ser depositados junto al altar mayor de la basílica del Valle de los Caídos, los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, serán retirados este lunes del rebautizado como valle de Cuelgamuros.
Al igual que sucediera con Francisco Franco, la exhumación de Primo de Rivera se enmarca en el cumplimiento de la ley de Memoria Democrática. Pero ahí empiezan y acaban los parecidos entre ambos desenterramientos ya que, a diferencia de lo sucedido en octubre del 2019 con los restos del dictador, la familia del considerado mártir del bando golpista ha optado por la mayor de las discreciones.
La operación, justo el día en el que se cumplen 120 años del nacimiento del líder falangista, se realizará con el templo cerrado a cal y canto y con la única presencia de los familiares y los trabajadores encargados de levantar la gran losa que cubre su tumba. El prior de la abadía benedictina, Santiago Cantera, rezará un responso antes de que el ataúd salga del mausoleo rumbo al cementerio de San Isidro, donde tras su incineración los restos serán depositados junto a los de otros familiares, como sus hermanos Miguel y Pilar.
No habrá por tanto helicópteros, ni vítores nostálgicos en la explanada principal ni, en definitiva, nada de la parafernalia que rodeó en el 2019 la retirada de los restos de Franco en una jornada cuyo clima de crispación fue caldeado los días previos por los devotos del régimen. Al contrario. Los descendientes se adelantaron a cualquier actuación gubernamental y en cuanto se aprobó la norma comunicaron su pretensión de exhumarlo solicitando para ello el permiso de obras al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial. A pesar de tratarse de una petición expresa de la familia, la Fundación Nacional Francisco Franco ha tachado la exhumación de los restos del fundador de Falange de “actuación ruin y guerracivilista del Gobierno” y se ha calificado al presidente Pedro Sánchez como el “indiscutible campeón mundial de la infamia” por su acción “miserable”.