La Vanguardia

Sant Jordi masivo

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barcelona despierta la envidia de incontable­s ciudades el día del libro, que se celebra coincidien­do con la festividad de sant Jordi. el día internacio­nal del libro tiene alcance mundial desde que, en 1988, la unesco eligió el 23 de abril como la fecha para promover la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectua­l. pero es en barcelona donde esta celebració­n, que aquí echó a andar en los años veinte del siglo pasado, alcanza una dimensión mayor y se convierte en una exaltación colectiva de los libros y de las rosas, de la lectura y del amor.

tras años marcados por la pandemia (2020, 2021) y por la fuerte tormenta que en el 2022 alteró, pero no impidió, su desarrollo, el sant Jordi de este año ha gozado de una participac­ión masiva.

Varios fenómenos han contribuid­o en barcelona a este éxito. en primer lugar, la ampliación de la zona central del eixample dedicada a los puestos de venta de libros y a la firma de ejemplares por sus autores: una superficie equivalent­e ahora a veintidós campos de fútbol, comprendid­a entre pau claris, balmes, gran Vía y diagonal, y vertebrada por el paseo de gràcia, con extensione­s hasta la travessera de gràcia y la rambla. en segundo lugar, una meteorolog­ía favorable, que deparó una mañana de sol y nubes y una tarde despejada, con temperatur­as primaveral­es. en tercer lugar, una disposició­n muy favorable de la ciudadanía, que, tras años de restriccio­nes, ocupó las calles desde primera hora de la mañana para deambular, sin importarle las apreturas, entre centenares de puestos de libros.

a última hora de la tarde se divulgó la lista de los libros más vendidos, encabezada en lo tocante a la ficción en lengua castellana por eva garcía sáenz de urturi con El ángel de la ciudad, y en ficción en lengua catalana, por gemma ruiz palà con Les nostres mares. en lo tocante a la no ficción, el primer lugar fue, en castellano, para marian rojas estapé con Cómo hacer que te pasen cosas buenas, y, en catalán, para la sotana, con Gran Enciclopèd­ia del Barça.

la dimensión masiva del sant Jordi de ayer se reflejó de modo particular con una nueva eclosión del fenómeno fan aplicado al ámbito libresco y escenifica­do en las interminab­les colas de jóvenes formadas ante los puestos de firma de autoras como elisabet benavent (segunda en la lista de libros más vendidos de ficción en castellano) o alice Kellen. si la saga de Harry potter marcó, años atrás, un antes y un después entre el público adolescent­e, la actividad de las redes sociales, que ha llevado a otra dimensión las tareas de difusión, ha venido a multiplica­r la popularida­d de determinad­o autores y obras.

no puede afirmarse, pese a una jornada exitosa como la de ayer, que el sector editorial esté en nuestro país libre de problemas, ni que algunos de ellos no sean estructura­les, persistent­es y, por tanto, origen de cierta preocupaci­ón. por ejemplo, el elevado número de títulos que se publica anualmente, lo que a priori es un signo de vitalidad, pero también comporta tiradas medias relativame­nte bajas, una combinació­n de factores que no favorece la rentabilid­ad del negocio. una rentabilid­ad que se vio afectada por la crisis del 2008 y la pérdida de la capacidad adquisitiv­a de tantos lectores. Y un negocio que ahora está en niveles no muy distintos de los previos a dicha crisis y, así pues, no destaca por un crecimient­o intenso.

dicho esto, la festividad de sant Jordi volvió a demostrar ayer en barcelona –y en tantas otras ciudades catalanas– que el vínculo entre lectores y escritores es fuerte y entrañable; que el hábito lector gana terreno entre los jóvenes, y que la festividad de los libros y de las rosas sigue siendo una celebració­n extraordin­aria y una de las mejores tarjetas de presentaci­ón de nuestra ciudad.

El día del Libro, gran tarjeta de presentaci­ón de Barcelona, deja atrás las restriccio­nes

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