Precios al alza; salarios, no
Paradójicamente, el desgaste del orden neoliberal ante la opinión pública –iniciado en los duros ajustes antiinflacionistas del entonces presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, a finales de los años setenta– puede verse agravado por las subidas de precios actuales. En los años setenta y ochenta, cuando, según el análisis de Gerstle, se produjo el cambio del orden del new deal al orden neoliberal, una espiral de inflación salarial y precios fue el pretexto para adoptar las terapias de shock monetarias y fiscales de Pinochet, Thatcher y Reagan, todos asesorados por el gurú monetarista Milton Friedman y considerados pioneros del neoliberalismo. En cambio, en esta coyuntura no hay inflación salarial; solo de precios. “Los beneficios de las grandes empresas se han disparado en los últimos años” debido a
“precios mucho más altos y salarios que han subido poco”, dijo Pierre Gourinchas, economista jefe del FMI. Al mismo tiempo, las ganancias de los grandes bancos estadounidenses como JP Morgan, Citigroup y Wells Fargo, beneficiarios de la fuga de capitales desde los bancos pequeños, se han disparado más del 50% en los últimos meses. Esto se explica por “una política de tipos más altos sobre los préstamos sin subir en la misma medida los tipos que pagan a sus depositantes”, explicó The Wall Street Journal. Los grandes grupos bancarios fueron rescatados en la crisis del 2008 debido al riesgo sistémico de permitir su quiebra. Todo esto difícilmente no agravará la crisis de legitimidad. “No se cuánto se tardará en llegar al próximo orden, pero el neoliberal está definitivamente roto”, resume Gerstle.