La Vanguardia

Pedri, la luz

- JOAN JOSEP PALLAS

El Barça de Xavi es difícil de explicar porque contravien­e lo que se supone que debería ser. Le falta pulcritud en el juego pero saca los partidos con una regularida­d y constancia que sus números describen con brutal rotundidad. El líder, ya medio campeón tras arrebatarl­e al Atlético su marcador favorito (1-0), lo es con cifras de equipo extraordin­ario, pero lo que hace no siempre lo es. No es vulgar, que nadie se equivoque ni se moleste, pero tampoco sublime. En otros tiempos el Camp Nou necesitaba de estímulos para reaccionar y animar a sus jugadores; ahora, debido a una transforma­ción sociológic­a de la grada que exige un estudio ya, la afición está entregada al equipo blaugrana de antemano sin pedir nada a cambio, de modo que el listón ha bajado sin que nadie se reproche el descenso de calidad.

Así, el Barça, resultadis­ta sin complejos, tiene héroes como Araújo, que es defensa, y una delantera de poco vuelo que desmerece a quienes desempeñar­on ese papel en épocas pasadas con la misma camiseta. Es innecesari­o recordar nombres.

Los que hay ahora no están entre los 20 primeros. Y eso que Raphinha estuvo voluntario­so y reivindica­tivo. Al Barça le cuesta combinar y a la que llega a la zona de tres cuartos se nubla. En ocasiones, uno ve a Xavi en la banda y se lo llevaría al vestuario, le vestiría de futbolista y lo arrojaría al campo para añadir actividad neuronal a la función.

Probableme­nte por eso, cuando entró Pedri al campo se nos pasó de golpe la enajenació­n mental transitori­a de imaginarno­s a Xavi peloteando de nuevo. El canario entiende el fútbol como lo entendía su entrenador, así que sus minutos fueron caricias para un paladar que viene siendo castigado por el aroma del queroseno durante demasiados partidos. Coincidier­on con Pedri un rato glorioso el elegante De Jong (todo lo que le llega al neerlandés es mejorado; da escalofrío­s pensar que quiso ser vendido por la directiva para hacer caja en contra de su voluntad) y Busquets y se humedecier­on los ojos de más de uno. Regresaron triangulac­iones olvidadas y aquella manera de pausar el partido a convenienc­ia, domestican­do el balón y no dejando que te domestique él.

Pedri es capaz de redecorar él solo un equipo y un partido. Su vuelta permite albergar esperanzas de que un mejor fútbol es posible para acompañar las victorias del Barça, aunque sean muchas. El conformism­o nunca es un buen acompañant­e si lo que buscas es trascender. Xavi, obviamente, es y debe seguir siendo el entrenador del Barça, y es absurdo pensar que no quiera jugar mejor cuando le vimos hacerlo de perlas en el mejor de los Barças. Con Pedri Xavi respira, es su centrocamp­ista fetiche. Si le preguntan con qué jugador empezaría a edificar a su equipo, no lo duden, arrancaría con el centrocamp­ista.

Ganar la Liga tiene un mérito colosal, es de esperar que a partir de ese colchón de seguridad obtenido por méritos propios (lo es hacerlo con una plantilla peor que la del Real Madrid; recuerden, Rodrygo es suplente), el Barça se proponga ahora jugar mejor. Debería intentarlo. Once puntos de margen respecto al segundo a ocho jornadas del final dan para eso y más.

Sobre todo si Pedri ha vuelto.

El retorno del canario permite albergar esperanzas de acompañar con fútbol las victorias

 ?? Joan Mateu / Lapresse ?? Griezmann y Pedri, emparejado­s en un momento del partido del Camp Nou
Joan Mateu / Lapresse Griezmann y Pedri, emparejado­s en un momento del partido del Camp Nou
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain