La Vanguardia

Voto oculto en Barcelona

- Enric Sierra

Cómo va la precampaña en Barcelona? ¿Qué dicen las encuestas? ¿Quién ganará y quién gobernará? Estas preguntas se intensific­an a medida que nos acercamos a la fecha de las elecciones. Falta menos de un mes y los candidatos luchan con intensidad por cada voto porque saben que la victoria se disputa entre los indecisos y en el grado de participac­ión que, si es alto, hará más difícil la obtención de representa­ción en el Consistori­o.

Una parte importante del electorado está indecisa o no quiere revelar su voto. Entre estos últimos se encuentra el llamado voto oculto donde se sitúan los ciudadanos a los que les da reparo manifestar públicamen­te su afinidad a alguno de los candidatos porque no está bien visto o va contra la corriente de moda. Esta contienda electoral se centra principalm­ente entre los partidario­s de la continuida­d de la alcaldesa Ada Colau y sus detractore­s. Los contrarios a la reelección de la candidata de los comunes son más explícitos y ruidosos que los partidario­s de la gestión del gobierno, que mayoritari­amente prefieren ser discretos, salvo los seguidores más politizado­s. Pero, a la vista de las encuestas, Colau conserva un apoyo muy fiel que la mantiene en el grupo de cabeza junto a Collboni, Trias y Maragall. Es curioso que este voto oculto que en otras elecciones tenía como beneficiar­ios a partidos como el PP o Ciudadanos, ahora también migra hacia la alcaldable de Bcomú.

A medida que avanza la precampaña se acentúa la polarizaci­ón entre la defensa de la acción del gobierno actual y los que abogan por un cambio en la alcaldía. Aunque entre estos últimos abundan los matices, especialme­nte en los temas que concitan más división ciudadana como, por ejemplo, la unión del tranvía entre las plazas de Francesc Macià y Verdaguer. Colau y Maragall están a favor; el PSC y Ciudadanos son partidario­s de esperar; y Trias y el resto están en contra. Además, el exalcalde no descarta convocar un referéndum, pero nadie apoya la propuesta porque recuerdan el revolcón que sufrió Jordi Hereu por hacerlo. La operación del llamado eje

verde de la calle Consell de Cent deja a Colau sola porque los demás o bien dicen que no hay que reproducir­la, o bien consideran que la idea está mal ejecutada. Pero ninguno plantea una consulta sobre este controvert­ido tema.

En los últimos días ha reaparecid­o el viejo debate sobre si la lista más votada debe tener la alcaldía. Collboni se atrevió a decir que es partidario de respetar al ganador, quizás animado por recientes sondeos que le dan la victoria. Trias celebró esa declaració­n y el resto ha sido más prudente porque saben que, con el precedente de hace cuatro años, todo es posible. En privado, nadie niega que si hay combinacio­nes para desbancar al vencedor/a, se intentarán. Los sondeos persisten en un empate técnico, concejal arriba o abajo, y eso hace la campaña determinan­te. Por esta razón, los candidatos quizás sean más osados en los próximos días, a riesgo de cometer un tropiezo que podrían pagar caro.

¿Alcaldía para el más votado? Queda bien decir que sí, pero nadie reniega de un pacto contra el ganador/a

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