Las noticias falsas y la IA lastran la libertad de prensa en todo el mundo
El periodismo se halla en una situación adversa en un 70% de los países
La desinformación y la inteligencia artificial cobran cada vez más peso a través de campañas oficiales de propaganda y se han convertido en una dificultad creciente para la libertad de prensa en el mundo, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF).
En su clasificación anual del año 2023, que evalúa la situación en 180 países, difundida ayer, RSF destaca un retroceso a escala mundial sin precedentes, con solo tres de cada diez países con una situación “satisfactoria”. Del total de los países analizados, en 31 se considera que la libertad de prensa se encuentra en una situación “muy grave”, la clasificación más baja en el informe, frente a los 21 de hace solo dos años.
Dentro de la volatilidad general, RSF destaca el avance de 18 plazas de Brasil (puesto 92), ligado a la salida del poder del anterior presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, o la caída de 31 de Senegal, que anteriormente lideraba la clasificación en África. El secretario general de RSF, Christophe Deloire, resaltó la fragilidad de América Latina, región con un índice de asesinatos de informadores equivalente al de los países en guerra.
RSF apunta también a las campañas de desinformación, que define como “industria del engaño”. En ese contexto, el desarrollo de la inteligencia artificial generativa “ha sacudido el universo ya frágil de los medios”, junto a actitudes como la del propietario de Twitter, Elon Musk, que “ha llevado al extremo una lógica arbitraria y de censura”.
Un campo de batalla que se ha nutrido de la guerra de Ucrania, donde Rusia “puso en marcha en un tiempo récord un arsenal mediático” para difundir su discurso oficial, lo que le ha hecho caer nueve puestos en la clasificación, hasta el puesto 164. Desde el inicio de la guerra, el Kremlin ha reforzado su acoso a los medios críticos y ha forzado a la inmensa mayoría
Turquía es la democracia del mundo con el mayor número de periodistas encarcelados
a cerrar o al exilio. La persecución se cobró el mes pasado su última víctima, con la detención del periodista estadounidense del The Wall Street Journal Evan Gershkovich, acusado de “espionaje”.
La situación de la libertad de prensa es “muy grave” en 31 países –cifra sin precedentes–, “difícil” en 42, “problemática” en 55, “buena” en 44 (casi todos en Europa) y solo “muy buena” en ocho. Es decir, las condiciones para ejercer el periodismo son adversas en siete de cada diez países del mundo.
Noruega lidera la lista por séptimo año consecutivo, seguida por Irlanda, que relega a Finlandia al tercer lugar. En el cuarto está Suecia. La parte baja de la clasificación la cierra Corea del Norte, por delante de China, la mayor prisión para periodistas del mundo.
Entre las principales caídas destaca Estados Unidos, donde el asesinato de dos periodistas ha impactado negativamente en su posición (45). La concentración de medios en oligarcas próximos al primer ministro Narendra Modi en India y la creciente represión de periodistas en vísperas de las elecciones del 14 de mayo en Turquía (la democracia con más periodistas encarcelados) han hecho caer a los dos países a la zona de situación “muy grave”.
Importantes caídas también en Túnez, con un presidente “cada vez más autoritario”, y Perú (que pierde 33 puestos, hasta el 110), “donde los periodistas pagan el precio de una inestabilidad persistente”.