Aragonès admite que el fiasco de las oposiciones es “inadmisible”
El president esquiva pronunciarse sobre nuevas dimisiones en el Govern
Hasta tres grupos reclamaron ayer a Pere Aragonès que “asuma más responsabilidades”, una manera indirecta y algo dulce para pedirle que haya más destituciones en el Govern tras el fiasco de las oposiciones. Aragonès reconoció como “inadmisibles” los incidentes. No es suficiente para los grupos parlamentarios. Tampoco el despido de la hasta el martes directora general de Funció Pública, Marta Martorell.
Los tres partidos fueron también más claros en algún momento, a la hora de concretar y situar en la diana a la consellera de Presidència, Laura Vilagrà. Desde el PP, que sin ambages presionó al president para que haga que la dirigente presente la dimisión, o el PSC, que le demandó que tome las riendas “por duras que puedan ser las decisiones”, pasando por Junts, que consideró que “lo lógico es que Vilagrà hubiera presentado la dimisión”.
Las pruebas de estabilización del pasado fin de semana para 13.581 trabajadores de la Generalitat que optaban a 1.825 plazas fueron un auténtico caos, y el Govern está acelerando para aportar soluciones antes de que acabe esta semana, según el president. Pese a la presión del PSC, Junts y el PP, Aragonès descartó en todo momento futuras dimisiones.
Vilagrà comparecerá mañana en el Parlament para dar explicaciones. Ayer por la tarde se reunió con los sindicatos. La secretaria de Administració i Funció Pública, Alícia Corral, aseguró que en la cita se compartieron las incidencias que se han ido recibiendo por parte de afectados: un total de 2.691 formularios hasta ayer a las cinco de la tarde. Sin embargo, no pudo precisar si afectan a la totalidad de los 72 procesos selectivos del fin de semana pasado. Hoy se reunirán de nuevo a las 16 h para acabar de analizar la situación y presentar un calendario para las convocatorias afectadas tras la mala gestión de la empresa externa encargada de la logística de las pruebas. De hecho, el Govern anunció ayer que asumirá la logística de la repetición de las pruebas afectadas con los recursos de la Administración y estudiará cómo abordar la rescisión del contrato.
Sea como fuere, el líder del PSC, Salvador Illa, denunció la “desorganización” y el “descontrol”, que relucieron, dijo, el pasado sábado con los exámenes del proceso estabilización de personal. “Falló todo”, lamentó el líder de la oposición, motivo por el que emplazó a Aragonès a “coger las riendas” y “decidir por duras que sean las decisiones que tenga que tomar”.
Aragonès, en su turno de réplica, reprochó a Illa que atribuya al Govern la desorganización como “una norma de carácter general”. “Habrá una respuesta como corresponde”, insistió, ante las peticiones de que dé explicaciones.
Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, se enzarzó con Aragonès por las incidencias en las oposiciones del sábado y le reclamó que “deje de hacer pasar vergüenza a toda Catalunya”.
La Generalitat anuncia, tras reunirse con los sindicatos, que no volverá a externalizar las pruebas