El brindis de los fiscales

De un tiempo a esta parte, la ética se parece más a un bloque de plastilina que cada uno modela a su gusto. aristóteles, pionero en ocuparse de estas cuestiones, queda lejos, y quienes lo han leído han olvidado sus principios. si se me permite la metáfora, vivimos en un mundo donde primero disparamos y luego apuntamos. es decir, actuamos sin pensar y, cuando nos descubren, pensamos cómo justificar nuestras actuaciones.

Que el líder del PP se reúna con los fiscales conservadores y se comprometa, en una cena en el hotel Claridge de Madrid, a derogar de manera urgente una serie de leyes aprobadas por el Gobierno de Pedro sánchez no pasaría el canon democrático de Montesquieu. alberto Núñez Feijóo ha respondido que la reunión fue correcta e institucional, lo que son dos palabras que sirven para envolver

La ética se parece cada vez más a la plastilina, que cada uno moldea a su gusto

cualquier regalo envenenado. y añadió que creía en la independencia de los fiscales, lo que tiene mérito después de escuchar que le exigieron el compromiso de una contrarreforma legislativa.

La unión Progresista de Fiscales ha pedido que dimita Consuelo Madrigal, ex fiscal general con el PP y presidenta de la comisión de Ética del Ministerio Público, que estuvo en el encuentro. a lo mejor bastaría con que reflexione. el artículo 34 de su código ético dice que los fiscales tienen derecho a la libertad de expresión, pero, a la vez, les exige en el ejercicio de su función no hacer manifestaciones partidistas que puedan menoscabar su imparcialidad o la apariencia de esta. a las puertas de una campaña electoral, la cena de los fiscales conservadores con Feijóo resulta, cuando menos, inoportuna.

algunas de las personas que compartieron manteles con Feijóo fueron las mismas que intentaron tumbar el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general por haber formado parte del Gobierno de sánchez. entre los presentes estaba antonio Narváez, exmagistrado del Tribunal Constitucional, que aspira a sucederla si gana la derecha. al parecer, no tuvo empacho en desear un gobierno del PP a los postres. Pero su señoría debería saber que son malas las prisas, pues se puede tropezar con la toga. o con el resultado de las urnas.