La desalinización no da más de sí, pero la reutilización se ampliará
cuarto grifo en importancia es ahora el flujo que circula por los ríos Ter y Llobregat, con un caudal menguante y con reservas que están a una cuarta parte de su capacidad máxima.
Debido a la sequía, los cambios han sido enormes el último año, cuando la Agència Catalana de l’aigua (ACA) ha tenido que planificar la obtención de nuevos recursos en paralelo al descenso de las reservas en los embalses.
No obstante, el gran salto cualitativo (y el realmente extraordinario) se debe a las aportaciones de aguas reutilizadas (25% de consumo), regeneradas en la estación de El Prat, donde los caudales son sometidos a procesos de filtración. Así, las aguas residuales de la depuradora de El Prat no son arrojadas al mar, sino que son tratadas en la estación regeneradora y se bombean río arriba y se vierten en Molins de Rei, por encima de la estación de Sant Joan Despí, donde se potabiliza para su posterior distribución.
“Para poder utilizar y tratar (potabilizar) esta agua regenerada se necesita una cierta mezcla con el agua que lleva el río; más o menos en la misma proporción”, dicen fuentes de Aigües de Barcelona. “Podemos decir que se está desembalsando el caudal necesario para poder mezclarse con el agua en proporciones iguales al agua regenerada; es decir por cada metro cúbico de agua que baja por el río, aportamos un metro cúbico de agua regenerada”, añaden.
La desalinización (desde El Prat) es el pilar imprescindible para el suministro. Su producción estaba funcionando al mínimo en el año 2021, pero esta fábrica de agua desalinizada recibió un fuerte impulso el año pasado; en abril ya aportaba casi una cuarta parte de los recursos consumidos (un 23%), y ha continuado aumentando su papel relevante. “La producción de la desalinización ya está al máximo de su capacidad; para la actual sequía, la desalinización ya no puede trabajar más; en cambio, la regeneración sí puede aumentar su producción; y vamos a dar más agua reutilizada”, dicen las mismas fuentes.
Ahora, en El Prat se producen 1.400 litros por segundo de agua regenerada y se está trabajando para poder subir esta cantidad a 1.600 l/s. El resultado es que regeneración y desalinización van a estar casi a la par.
Si se toma como referencia un ámbito territorial metropolitano más amplio que el de estos 23 municipios, la imagen ofrecida sería muy diferente porque fuera de esta región no se consume agua regenerada para uso potable.
La única estación diseñada para la reutilización indirecta de agua es la de El Prat. En el resto del país no hay instalaciones diseñadas para este fin. Hay que tener en cuenta además que una estación regeneradora como la de El Prat (que maneja aguas procedentes caudales depurados) necesita estar acompañada o complementada con una planta potabilizadora como la de Sant Joan Despí, por lo que esta combinación simultánea es necesaria para que su ausencia no sea un factor limitante.
En el futuro se estima que se podrían regenerar hasta 1.800 litros por segundo. ¿No se puede aprovechar más?, “No, porque no nos entra más agua residual en El Prat; ese es el nivel de producción posible (1.800 litros por segundo) porque estaremos tratando el 100% del agua residual que nos entra. Y si no entra más agua residual no podremos producir más agua regenerada”, dicen los técnicos.
En las condiciones actuales, toda el agua que discurre por el Llobregat se capta en la estación de Sant Joan Despi, por lo que, una vez se potabiliza, el río se queda prácticamente seco. Por ello el mantenimiento del caudal ecológico en tramo inferior del río se garantiza con otras aportaciones
No obstante, no toda el agua regenerada en El Prat va a Sant Joan Despí. Una parte pequeña se inyecta en el subsuelo para proteger al acuífero y que se produzca intrusión salina y otra parte se destina a los agricultores, sobre todo en el margen derecho del Llobregat.c
El agua regenerada es un recurso novedoso y extraordinario: aporta uno de cada cuatro litros
El 100% de las aguas residuales serán tratadas para ser luego reaprovechadas para consumo humano