La Vanguardia

Por qué no me concentro

- Lola García Directora adjunta

Tengo un amigo que ha decidido abandonar las redes sociales y recuperar el reloj de pulsera de toda la vida para no mirar tanto la hora en el móvil y evitar así caer atrapado en sus garras. Los dos hemos leído un libro que últimament­e no hago más que recomendar (El valor de la atención, de Johann Hari) y somos un poco más consciente­s del tiempo que perdemos en ver o leer contenidos que no nos aportan nada interesant­e, pero que se nos presentan de forma que quedamos enganchado­s sin remedio.

Todos hemos notado una pérdida de la capacidad de concentrac­ión. Nos hemos convencido estúpidame­nte de que nuestras habilidade­s abarcan la multitarea. Somos adictos a la aceleració­n, a una sobreestim­ulación provocada por el bombardeo constante de contenidos que, por abrumador, nos impide analizar y discernir lo verdadero de lo falso y, sobre todo, lo interesant­e de lo banal, al tiempo que nos incita a tener opinión sobre cualquier cosa y a juzgar en cuestión de segundos. Cunde el pánico al aburrimien­to. Es una lucha que mi amigo y yo vamos a perder, seguro, porque no estamos poniendo a prueba nuestra fuerza de voluntad, sino que estamos luchando contra un Goliat de multinacio­nales tecnológic­as que destinan ingentes recursos y mentes muy preparadas para idear cómo mantener nuestra atención enfocada en sus productos y conseguir así mayor rentabilid­ad.

Ahora que la inteligenc­ia artificial abre nuevos caminos que cambiarán el mundo a una velocidad que obligará a un enorme ejercicio de adaptación se nos recuerda aquello de que la tecnología no es nociva de por sí, que es de gran utilidad, que lo malo puede ser el uso que hagamos de ella los seres humanos. Y es cierto. Pero resulta que no se trata de cómo utilicemos mi amigo o yo CHATGPT, sino que lo relevante es en qué manos está esa herramient­a y para qué la va a emplear. Joe Biden, con buena intención pero también con cierta ingenuidad, se entrevistó hace unos días con los dueños de las grandes corporacio­nes tecnológic­as para pedirles que apliquen la ética y no la codicia a la explotació­n de la IA. Dicen que CHATGPT no tiene sentido del humor porque si no, seguro que aún se estaría muriendo de la risa.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain