La Liga Árabe readmite a Siria doce años después de su expulsión
La guerra siria terminó hace tiempo, pero la reconstrucción empieza ahora. La Liga Árabe readmitió ayer a Siria en su seno. Quedan atrás los doce años de ostracismo para Bashar el Asad, por aplastar la revolución que, con tonos cada vez más islamistas, intentó tumbar su régimen laico, policiaco y aliado de Moscú y Teherán.
Los ministros de Exteriores árabes levantaron la suspensión en El Cairo. La decisión, apoyada desde hace tiempo por Emiratos Árabes Unidos o Argelia, había sumado más recientemente el apoyo decisivo de Arabia Saudí o Egipto, y superado eventualmente las reticencias de Qatar o Marruecos.
Qatar ha sido, junto a Turquía, el gran patrocinador de la oposición armada islamista, arrinconada desde hace años en la mitad norte de la provincia de Idlib y un extremo de la de Alepo.
Que Damasco vuelva a ocupar su asiento en la organización va más allá de lo simbólico. Se trata de una luz verde para que los capitales árabes contribuyan a la reconstrucción de un país destruido por la embestida del Estado Islámico y otras fuerzas yihadistas.
La decisión árabe no es puramente filantrópica, aunque la ola de solidaridad tras el terremoto de febrero contribuyó a acelerar un giro político que ya había empezado a producirse. Riad y otras capitales ven con disgusto el grado de influencia iraní en su vecino árabe. Darle la mano a Bashar el Asad limitará su dependencia del país persa. Damasco y sus vecinos árabes también coinciden en el deseo de ver la retirada de las tropas turcas de los territorios sirios actualmente bajo ocupación.c