Los locales no pueden guardar nuestros datos eternamente
Pedir un medio de pago es legal si se avisa de forma clara
Que un restaurante pida la tarjeta de crédito para asegurar una reserva o que incluso llegue a cobrar una cantidad por adelantado es una práctica totalmente legal. “El único punto débil sería que el restaurante no hubiera informado de forma previa y clara de que llegado el caso se procederá a efectuar un cargo”, explica Albert Agustinoy, abogado y socio del bufete Cuatrecasas.
¿Pero hasta cuándo puede el restaurante guardar los datos de nuestra tarjeta? “Una vez trascurrido el tiempo de la reserva, o sea, cuando hemos terminado de comer o después de hacernos el cargo si no nos hemos presentado, ya no tiene sentido que el restaurante conserve esa información”, dice Agustinoy. “Esto no es lo mismo que sucede cuando abrimos un perfil en Amazon, en el que existe una relación de continuidad, que sí justifica que se guarde la numeración de un medio de pago”, añade.
Por otro lado, las reservas en línea en los restaurantes crecieron un 16% en el 2022 respecto al 2021 y un 24% respecto al 2019, justo antes de la pandemia. La facilidad y la comodidad, tanto para usuarios como para los propios negocios, hace que este método para conseguir mesa en el restaurante –y para cancelarlas– esté creciendo rápidamente e incluso haya locales en los que ya es la única forma de reservar.
En los últimos años han aparecido varias soluciones informáticas que han facilitado mucho todo el proceso de gestión de las reservas y han propiciado este aumento de las reservas online.
Pero estos sistemas recaban una serie de datos como nuestro teléfono, el correo electrónico y nuestro nombre. Además, a veces, los restaurantes preguntan a sus comensales sobre alergias e intolerancias alimentarias que puedan sufrir. Si se le añade el día de la visita o visitas, lo que cada cliente se ha gastado en cada una de ellas y hasta lo que ha comido cada cliente, toda esta información puede acabar dando forma a una base de datos muy jugosa con fines comerciales y para hacer un perfilado .
“Los restaurantes no pueden conservar ninguno de estos datos. Solo información mercantil y siempre minimizando la información sensible, como la de un medio de pago”, alega Agustinoy. “De hecho, solo pueden pedir, sin recabar el consentimiento, la información necesaria para gestionar la reserva. O sea, te pueden pedir el teléfono y el correo electrónico para poder llamarte si ven que llegas tarde o para avisarte en el caso de que el restaurante haya tenido un percance que le impida atenderte. Y solo los pueden conservar –insiste– mientras tiene sentido para ofrecer el servicio”, añade.
“Si un restaurante quisiera usar esta información con otra finalidad, por ejemplo ceder o vender los datos de los clientes que más gastan a una marca de coches de alta gama, esta debe estar claramente especificada – lo que no necesariamente implica que sea legal– y debe recabar el consentimiento expreso de los clientes”, explica este abogado.
Pero estos sistemas son de una gran ayuda para los restauradores. Santi Colominas, propietario del restaurante Toc al Mar (Begur), explica que antes de informatizar el proceso de reservas “tenía a cuatro personas dedicadas a esta tarea. Ahora solo tengo una. De todas formas, aún aceptamos reservas telefónicas y respondemos al teléfono para atender anulaciones”.
Incluso algunas de estas aplicaciones permiten hacer una lista negra de clientes a los que se les deniega la reserva automáticamente, aunque haya mesas disponibles para el día y hora en el que la solicita. Algún restaurador consultado, y que ha preferido no aparecer, ha reconocido que la usa y que tiene a cerca de 200 personas en ella.
“La nuestra, incluso nos avisa de si un cliente ha reservado para el mismo servicio en otro restaurante. Hay gente que reserva en tres lugares distintos y a última hora decide dónde ir”, dice Lluís Bernils, de El Celler de Matadepera, que de momento aún acepta reservas que le llegan por teléfono.c
Las bases de datos de clientes no se pueden ceder ni vender a terceros sin su permiso expreso