La regulación de la distribución de mercancías en triciclos levanta ampollas
todo, en el caso de la ordenanza de Barcelona el diablo está en los detalles, y aquí es donde puede haber ciertos cambios que afecten a la letra pequeña. ERC y Junts también presentaron alegaciones sobre cuestiones muy concretas del redactado.
Pese a que las cuestiones que atañen al patinete son las que han copado los titulares desde que se empezó a hablar de la modificación de esta ordenanza, la mayoría de las alegaciones giran alrededor de temas de distribución urbana de mercancías. La asociación de autónomos y transportistas, los distribuidores de alimentación y la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc también han presentado alegaciones. Incluso la empresa municipal Barcelona Serveis Municipals (BSM) lo ha hecho.
Las propuestas de modificaciones en este ámbito se centran en la regulación de la carga y descarga de los triciclos de reparto. Como acostumbra a pacon sar, unos se quejan de que es una normativa demasiado restrictiva y otros dicen que es excesiva.
Un aspecto relacionado con los patinetes y que no queda recogido dentro de la ordenanza son los patinetes compartidos, presentes en numerosas ciudades europeas pero que Barcelona ha mantenido a raya tras un primer intento de algunas empresas que acabaron con sus trastos en el almacén de la grúa municipal. La regulación en este caso será metropolitana, pero el texto de la normativa de circulación marca una pauta que condicionará de manera importante el hipotético despliegue de patinetes compartidos: obliga a estacionarlos en los aparcamientos habilitados (los mismos que los de las bicis) y siempre atados. Se quiere evitar de esta manera que puedan ser dejados tirados en cualquier acera, como sucede en Madrid o en París, donde el caos ha sido de tal magnitud que la ciudadanía ha votado en un referéndum que se ponga fin a este tipo de vehículos compartidos de alquiler por minutos. ●