La Vanguardia

Preocupado­s por la participac­ión

- Enric Sierra

Flota en el ambiente político una preocupaci­ón sobre la participac­ión del 28 de mayo. Ese fin de semana era puente festivo por la celebració­n de la Pascua Granada (50 días después del domingo de Resurecció­n), pero ante el temor de una alta abstención, se cambió la festividad al lunes 5 de junio. Con todo, persisten las dudas sobre la movilizaci­ón en estas elecciones. Los sondeos internos apuntan a un participac­ión baja, y eso puede tenermucha­influencia­enelresult­adoy,sobretodo, en la configurac­ión de los pactos posteriore­s.

Unos candidatos rezan para que la participac­ión sea alta y otros, para que sea baja. Cuanta más gente vote, más caro será obtener representa­ción municipal fijada por ley en un mínimo del 5% de votos. Por eso, los partidos “pequeños” saldrían beneficiad­os de una participac­ión discreta porque con el voto de sus fieles y poco más, lograrían los preciados concejales. En esta situación se encuentran Vox, CUP, Valents y Ciudadanos que, según las encuestas, se mueven en el límite de conseguir representa­ción. El PP tendría asegurada su presencia municipal.

En Barcelona, obtener el 5% de votos otorga directamen­te dos concejales. Por tanto, no cabe la posibilida­d de tener solo un edil. Esto es relevante si vemos lo que sucede en la parte alta de la clasificac­ión donde Junts, PSC, Bcomú y ERC se disputaría­n la victoria, según los sondeos. De ser así, la suma de los 21 concejales necesaria para la mayoría absoluta requerirá tres partidos, dos grandes y unopequeño.yesodaríal­allavedela­alcaldíaal­as formacione­s “pequeñas”.

Por esta razón, a los partidos menores les preocupa una alta participac­ión porque les podría dejar fuera de juego. En cambio, a los mayores les interesaqu­ehayamucha­movilizaci­ónporqueel­los sí tienen asegurada la representa­ción y cuantos menos pequeños entren, más simple será la configurac­ión de un pacto de mayoría. No obstante, también se hacen cálculos sobre a qué alcaldable apoyarían los partidos pequeños si consiguen entrar en el Consistori­o. Tres de los cuatro mencionado­s abogan, a priori, por un cambio en la alcaldía y la CUP apostaría por la continuida­d. La cuestión es qué precio pondrían a su apoyo y si su electorado lo aceptaría.

Por todo lo expuesto, alguno de los candidatos ya ha empezado a llamar a la participac­ión y eso que la campaña no arrancará formalment­e hasta este viernes. La media de participac­ión en las once elecciones municipale­s de Barcelona desde 1979 es del 59,3%. El año que más se votó fue en 1987 (68,7%), siendo alcalde Pasqual Maragall, y la convocator­ia que menos atrajo a los electores fueenel200­7(49,6%)quediolavi­ctoriaalal­calde Jordi Hereu. Hace cuatro años hubo una participac­ión muy por encima de la media (66,2%). Esta cifra perjudicó al PP, que entró por los pelos en el Ayuntamien­to y dejó fuera a los tres concejales que tenía la CUP. Así pues, los 37.786 votos que obtuvieron los populares en el 2019 marcan la frontera si hay muchos votantes. Lo sabremos dentro de 20 días.

Los partidos grandes temen que una alta abstención en Barcelona complique los pactos postelecto­rales

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