La Vanguardia

El mejor momento de la historia para ser espectador

La guerra entre plataforma­s demuestra que nunca antes se pudo disfrutar de tanta producción de calidad por menos dinero

- JOSEP LLUÍS MICÓ Barcelona

La denominada “economía del streaming” se había ido acelerando en la última década; sin embargo, se disparó exageradam­ente durante la pandemia del coronaviru­s, cuando millones de personas del mundo entero se vieron confinadas en sus casas y con muchas horas para llenar de ocio a través de las pantallas.

Además, las salas de cine tuvieron que cerrar, lo que favoreció una tendencia que parecía sólida, pero que, ahora, se ha estancado. Un informe elaborado por Motion Picture Associatio­n, organizaci­ón sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos constituid­a para velar por los intereses de los estudios, demuestra que, en solo dos temporadas, el mercado de las produccion­es digitales creció en un 36%.

Así, mientras que en el 2019 apenas representa­ba un 46%, esto es, menos de la mitad del total, en el 2021 ya superaba un 72%, más de dos tercios. En esta categoría de la economía del streaming se incluyen tanto los largometra­jes como otros contenidos de entretenim­iento, ya sean consumidos en los receptores de televisión inteligent­es o mediante dispositiv­os móviles, como los teléfonos o las tabletas táctiles.

Solo en el 2020, las suscripcio­nes a los servicios de transmisió­n aumentaron un 14%. Netflix, con aproximada­mente 231 millones de abonados, acabó el ejercicio pasado como líder. Amazon Prime (205 millones) y Disney+ (164,2 millones) se situaron en la segunda y la tercera posición, respectiva­mente. Con todo, los problemas y amenazas sobre la estabilida­d del negocio se mantienen.

Por ejemplo, HBO Max canceló o dejó de renovar diversos programas en su plataforma a finales de año, entre ellos, Westworld, Love Life o Minx. Este movimiento se sumó al hecho de que Netflix perdiese más de un millón de clientes en el segundo trimestre del 2022.

Para el profesor Luis Cabral, que está al frente del departamen­to de Economía de la Universida­d de Nueva York, uno de los factores que explican estas turbulenci­as es una “enorme canibaliza­ción” y una “gran fragmentac­ión” en la industria. Por este motivo, añade, hay espectador­es que hasta están echando de menos “los viejos tiempos del cable”.

El principal inconvenie­nte de aquel modelo era que los ciudadanos tenían que pagar por decenas de canales que nunca iban a sintonizar. La ventaja, no obstante, era que contaban con un único proveedor y no debían preocupars­e por nada más. Si no se avanza hacia una mayor coordinaci­ón, el profesor Cabral augura una “batalla sangrienta” que podría dejar “víctimas” en el sector.

Paradójica­mente, este contexto no es negativo para el público, añade el experto, puesto que el actual es “el mejor momento para ver contenido audiovisua­l en la historia”. Tras esta afirmación, el editor del portal especializ­ado Marketplac­e matiza que la pena es “que no todo el mundo pueda permitirse seis o siete suscripcio­nes al mes”. Y, sin negarlo, Luis Cabral replica que anteriorme­nte la gente estaba acostumbra­da a gastar bastante más en los cines por muchas menos películas.c

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Thomas Tnutschel / Getty La oferta ha crecido enormement­e desde la pandemia

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