La Vanguardia

Valentía consciente y pragmática

A la fiscal le gusta identifica­rse con lo que lee porque los libros refuerzan su idealismo

- Llucia Ramis

su foto de Whatsapp es una imagen de Pippi Långstrump. el personaje de astrid Lindgren fue el primer referente que tuvo: era la niña más fuerte del mundo y no dejaba que los abusones se salieran con la suya. Luego leería Crimen y castigo ,de Dostoyevsk­i. y quizá fuera premonitor­io, porque desde el 2020, alexandra García Tabernero es fiscal de la audiencia Provincial de Barcelona. el derecho internacio­nal le interesa desde los 16 años. Pero perfiló su vocación al hacer un posgrado en Harvard, donde conoció a sus inspirador­es Benjamin Ferencz –entonces último fiscal vivo de los juicios de nuremberg–, y a su profesor Luis Moreno ocampo, que se la jugó personalme­nte en el juicio a las juntas militares argentinas, con un papel fundamenta­l en la historia de su país, como refleja la película 1985. “Quiero ser como ellos cuando sea mayor”, dice. su tutor, alex Whiting, y la decana de la facultad, Martha Minow, le firmaron The First Global Prosecutor, para ella un tesoro. antes había estudiado en la Ramon Llull, en Pedralbes, becada; obtuvo la nota más alta de selectivid­ad de Catalunya en el 2009. Iba a la universida­d en autobús, y dedicaba la hora de ida y la de vuelta a leer. La afición por la leccontrar­io: tura ha sido una constante desde pequeña. Lamentó no poder hacerlo durante las oposicione­s, cuando se pasaba 13 horas diarias memorizand­o leyes; sentía que le faltaba algo. Lee sobre todo los fines de semana, en la butaca junto a la ventana que da a una calle tranquila, en un piso al que se mudó en septiembre. o en el sofá del comedor, frente a una estantería que no parece de Ikea, pero lo es, “mi secreto mejor guardado”. Tiene las coleccione­s de clásicos de Penguin y Wordsworth en inglés, libros de simone de Beauvoir en francés, de Hannah arendt, Ferdinand von schirach en alemán. También están The last girl, de nadia Murad, sobre la violencia sexual del estado Islámico; El arte de la guerra, de sun Tzu, sobre filosofía oriental y estrategia militar; Yugoslavia, mi tierra, de Goran Vojnović, sobre el conflicto de los Balcanes. en La Haya, ella aprendió de fiscales de distintas tradicione­s jurídicas, “fue muy enriqueced­or”.

en una mesita, hay un ramo de flores que secó. se lo dieron como agradecimi­ento las víctimas del violador en serie que fingía ser rider, con una nota que también guarda. García Tabernero es muy cafetera. el café es lo primero en lo que piensa al despertars­e. Pero dice que, para leer, hay que tomar té, en una tacita mona; té negro con un poco de leche, o un english Breakfast, o un Chai. “Llevo una señora británica dentro de mí”, sonríe. Le gusta identifica­rse con lo que lee, porque los libros refuerzan su idealismo. un ideal que, como el de oscar Wilde (su autor favorito), es consciente y pragmático. o al los libros le acercan a las frustracio­nes que también se dan en su profesión, caso de Without a doubt, de Marcia Clark, fiscal de o. J. simpson. suele combinar novela negra para “desconecta­r del trabajo” (sic) con libros de psicología. y siempre lleva uno en el bolso; ahora, Pensar rápido, pensar despacio , de Daniel Kahneman. Le gusta ir a La Central a pasar la tarde y ver qué le atrapa; es su principal criterio. si busca un título concreto es porque se lo han recomendad­o.

no le importa que no le devuelvan los libros que presta. Bueno, salvo Madame Prosecutor , de Carla del Ponte, que leyó en La Haya y un ex suyo se quedó en algún lugar del norte de europa. no marca las páginas, pero subraya a lápiz las frases que le llaman la atención. Por ejemplo, de Mario Puzo: “Ha matado a muchas personas, pero no ha cometido ninguna injusticia”. o de Wilde: “el progreso es la realizació­n de las utopías”. arendt, Lindgren, Gandhi, Mandela; también saviano y Murad, que le dieron “un golpe de realidad”. sin ser consciente, muchos autores de su biblioteca tienen en común la valentía. está Cosas de la Cosa Nostra, de Giovanni Falcone, su gran referente de adulta, que aceptaba su propio miedo porque si no sería un insensato, pero no permitía que ese miedo le condiciona­ra. Hay libros de mafia, de terrorismo. y un poco de Murakami “para despistar”. También Doris Lessing, Margaret atwood, Kafka, anna Frank, stieg Larsson, la trilogía Terra alta, de Cercas. y Casa de muñecas, de Ibsen: “sería lo que Pippi leería de mayor”.c

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Mané Espinosa
 ?? Mané Espinosa ?? Como oro en paño
La fiscal sostiene la obra ‘The First Global Prosecutor’, que escribiero­n su tutor, Alex Whiting, y la decana de la facultad, Martha Minow, y que le dedicaron
Mané Espinosa Como oro en paño La fiscal sostiene la obra ‘The First Global Prosecutor’, que escribiero­n su tutor, Alex Whiting, y la decana de la facultad, Martha Minow, y que le dedicaron
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