¿Conviene al Barça que baje el Espanyol?
Este domingo el Barça se puede proclamar campeón de Liga en el campo del Espanyol, su gran rival ciudadano, en un derbi que se celebra hace más de 120 años. Muchos culés tienen marcado en el calendario el 14 de mayo, no solo porque el conjunto de Xavi puede volver a ganar el título tras cuatro largas temporadas, sino porque podría certificar el descenso a Segunda del conjunto perico. Algo que se anhela como respuesta al profundo rechazo que profesan los seguidores blanquiazules contra el Barça, del que en ocasiones se celebran más las derrotas que las victorias propias.
El famoso empate del tamudazo, con dos goles de Raúl Tamudo en el Camp Nou en la penúltima jornada de la Liga 2006-07, es recordado entre el españolismo como si de una copa se tratase para figurar en el museo del club. Pero dejando a un lado viejas enemistades, habría que preguntarse si es realmente beneficioso para el Barça quedar como único representante de Primera División en una urbe que, contando su área metropolitana, alcanza los cinco millones de habitantes.
Comparada con Madrid, que cuenta con cuatro clubs si se mantiene el Getafe, la Ciudad Condal quedaría muy relegada. Por no hablar de Londres, con hasta siete representantes en la competida Premier. Y si cruzamos el charco, nos encontraríamos, más allá de la furibunda rivalidad Boca-river, con un total de seis escuadras de Buenos Aires en el campeonato argentino, o con los cuatro grandes de Río de Janeiro (Vasco da Gama, Flamengo, Fluminense y Botafogo), compartiendo el suntuoso estadio de Maracaná. Con todos estos ejemplos, queda claro que a pesar de la grandeza y significado del Barça, debería de haber más espacio en Barcelona para más clubs de Primera, incluido un Espanyol que, eso sí, debería dibujar un proyecto de gestión basado en retener el talento que promueve su cantera, más el gasto controlado de un par o tres fichajes que marcasen verdaderamente diferencias.
Por historial, con una masa social fiel y un estadio cinco estrellas, los pericos deben de abandonar el papel de equipo ascensor en que se ha convertido desde la compra del empresario chino Chen Yansheng. Milán es la única ciudad con dos equipos campeones de la Champions, Milan e Inter, que el miércoles se enfrentarán en unas semifinales de la Copa de Europa. Ambas sociedades se han ido retroalimentando históricamente, además de compartir el disfrute de un estadio comunale, San Siro. ¿Por qué no, en vez de desear la derrota del contrincante vecinal, se celebra su crecimiento para poder engrandecer la rivalidad, para que los derbis en Barcelona vuelvan a ser grandes duelos? Al menos en el del domingo no habrá los lamentables insultos contra Shakira.