Reproches a Macron por sacar rédito del homenaje a la resistencia antinazi
Los sindicatos acusan al presidente de desmantelar conquistas sociales históricas
La oposición a Emmanuel Macron es tan dura en este momento que, haga lo que haga, siempre le reprochan las peores intenciones. Así ocurrió ayer en su homenaje a la resistencia antinazi. Los críticos con el presidente francés le volvieron a acusar de instrumentalizar la historia y de apropiarse implícitamente de unos valores progresistas, como la protección social, que él mismo socava con medidas como el retraso en dos años de la edad de jubilación.
Macron inició en París la jornada festiva del 8 de mayo, que celebra la capitulación de la Alemania hitleriana, con los honores tradicionales delante de la estatua del general Charles de Gaulle y ante la tumba del soldado desconocido, bajo el Arco de Triunfo. Los Campos Elíseos estaban mucho más blindados por la policía de lo habitual para evitar protestas.
Horas después, el presidente se trasladó a Lyon, en concreto al memorial de Montluc, para rendir homenaje a Jean Moulin, fundador del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR), y a quienes le acompañaron en la lucha contra los ocupantes nazis, así como a los miles de judíos deportados, con la complicidad del régimen de Vichy, a los campos de exterminio.
Macron ya generó descontento en algunos sectores, en septiembre del 2022, cuando decidió sacarse de la manga el Consejo Nacional de la Refundación, una especie de foro de debate sobre los grandes desafíos del futuro. Le acusaron entonces de haber escogido un nombre con evocaciones históricas demasiado evidentes y con las mismas siglas que Consejo Nacional de la Resistencia. Los más feroces contra el jefe de Estado le achacaron una instrumentalización descarada de uno de los episodios más dramáticos de la historia francesa. El foro de Macron, sin embargo, ha quedado casi en una entelequia, debido al escaso entusiasmo y el escepticismo de algunos de sus potenciales participantes, como los sindicatos.
Varios líderes sindicales, en especial la CGT, echaron en cara ayer a Macron la hipocresía de que ensalce el Consejo Nacional de la Resistencia, embrión del futuro Estado francés posterior a 1945, con un legado muy importante de valores, como el sindicalismo independiente, la revalorización de los salarios, la Seguridad Social y la protección a los débiles, cuando él mismo está desmantelando o erosionando algunas de esas conquistas sociales.
En su discurso, Macron evitó trazar un paralelismo explícito con la situación actual, aunque subrayó la vigencia del espíritu de la resistencia como “fidelidad a la aspiración profunda de nuestra nación, la independencia y el humanismo”. “Sí, vivimos en un país donde no se puede separar impunemente la idea de República y la de progreso humano –afirmó–. La Francia republicana es indisociable, después de la Ilustración, de la gran revolución de los valores de justicia y de libertad”.
El presidente se refirió a la fundación del Consejo Nacional de la Resistencia, en 1943, como un ejemplo de unidad nacional por encima de filiaciones políticas dispares. Macron destacó la presencia
El presidente recuerda el consenso nacional de 1944, que garantizó la independencia y evitó la tutela de EE.UU.
de comunistas, radicales, republicanos, democristianos y, además, de los principales sindicatos, entre ellos la CGT. “Jean Moulin es el hombre de Londres (donde recibió instrucciones de De Gaulle) y, sin embargo, los resistentes del interior están ahí”, destacó. El jefe de Estado recordó que, desde su nacimiento, el CNR “llevaba la ambición profunda de una IV República que instaurará el sufragio universal abierto a las mujeres, nacionalizará la energía, fundará la Seguridad Social y liberará la prensa de la fuerza del dinero”. Según Macron, fue ese programa del CNR, esa sólida y consensuada base, la que permitió a De Gaulle, en 1944, “imponer su gobierno provisional a los estadounidenses, que querían colocar a Francia bajo tutela en el momento de la liberación”.
Fue un acto solemne y una lección de historia de Macron, pero cada cual pudo interpretarlo a su manera, como exposición neutral o como voluntad del Elíseo de aprovecharla para salir de la fase aguda de crispación nacional.