El PNV ensaya el relevo generacional
Los ‘jeltzales’ han introducido cambios en tres de las seis listas más relevantes el 28-M, aunque la verdadera transición se decidirá después
El PNV deberá hacer frente en los próximos años, quizá meses, a una renovación generacional con escasos precedentes y, por el momento, llena de incógnitas. Los principales líderes del partido afrontan su recta final en política sin que se intuyan sustitutos evidentes entre la cúpula o los cuadros intermedios del partido. Los jeltzales, mientras, ensayarán el 28-M el inicio de una transición muy medida, con incorporaciones de relieve y un peso creciente de las mujeres, a la espera de que, tras los comicios, se determinen los tiempos en los que se configurará el PNV del próximo decenio.
El primer capítulo de este relevo generacional llega, en parte, después de una lectura en clave de género. En Sabin Etxea (sede central del PNV) inquietaba la masculinizada fotografía que ofrecen los líderes de las principales instituciones vascas. El lehendakari, los diputados generales y los alcaldes de las capitales, los siete del PNV, son hombres. La presidenta del Parlamento vasco, la jeltzale Bakartxo Tejeria, ostenta el cargo más relevante ocupado por una mujer, aunque el presidente del Parlamento de Navarra, el también peneuvista Unai Hualde, es otro hombre. También lo son el presidente del partido, Andoni Ortuzar, y cuatro de los cinco líderes territoriales.
De cara al 28-M, sin embargo, el PNV aspira a revalidar el poder en las diputaciones con Elixabete Etxanobe como candidata en Bizkaia, y Eider Mendoza para librar la dura batalla que se prevé con EH Bildu en Gipuzkoa, mientras que en Álava mantiene como candidato al actual diputado general, Ramiro González. En cuanto a las capitales, continúan como cabezas de lista los actuales alcaldes de Bilbao, Juan Mari Aburto, y San Sebastián, Eneko Goia, mientras que han apostado por Beatriz Artolazabal para revalidar la alcaldía de Vitoria, donde se espera una reñida pugna con EH Bildu y, según algunas encuestas, también con el PSE.
Es decir, los jeltzales han introducido cambios en tres de las seis candidaturas más relevantes el día 28. Y en los tres casos han apostado por mujeres de reconocida formación y trayectoria. Es el inicio de una transición que deberá enfrentarse en breve a una disyuntiva más compleja. Tras las municipales y forales, en Sabin Etxea deberán decidir en cuestión de meses si afrontan el relevo de sus tres líderes más significativos: el lehendakari, Iñigo Urkullu; el presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB), Andoni Ortuzar; y el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban. Los tres han protagonizado el decenio más exitoso del PNV. Un periodo en el que, en medio de una crisis de representación que ha afectado a todos los partidos, ha alcanzado sus mayores cotas de poder institucional desde la escisión de Eusko Alkartasuna (EA) en 1986.
La biografía personal y política de Urkullu, Ortuzar y Esteban comparte similitudes. Nacieron en los años 1961 y 1962, se criaron en localidades del Gran Bilbao, militan en el PNV desde su juventud y siguieron fieles al partido cuando muchos jóvenes militantes pasaron a EA. Los tres han asumido cargos políticos e institucionales desde jóvenes, se conocen desde hace más de 40 años y han demostrado solvencia política.
Urkullu ha mejorado la representación de su partido en cada una de las tres elecciones a las que ha concurrido y ha alcanzado una aceptación transversal difícil de igualar: aprueba entre los votantes de todos los partidos. Ortuzar, por su parte, ha cohesionado el partido, dejando a un lado las divisiones internas, y entre sus militantes es muy apreciada su capacidad política. Esteban, finalmente, es considerado uno de los mejores oradores del Congreso, ha mostrado sobrada capacidad de interlocución y una sobriedad inusual en tiempos de aspavientos y política líquida.
Entonces, ¿por qué va apostar el PNV por cambiar? La cuestión radica, básicamente, en que encarar un nuevo ciclo implicaría una perpetuación en el cargo poco habitual en la política actual. En el caso de Urkullu y Ortuzar, en la recta final de su tercera legislatura, les obligaría a optar a un cuarto mandato. Aitor Esteban, por su parte, ha cumplido 19 años como diputado en el Congreso, diez de ellos como portavoz.
¿Optará el PNV por la seguridad de la coyuntura actual o avanzará en esa transición que ensayará el día 28? El debate se abrirá de par en par tras las elecciones, ante la cercanía de las generales y los comicios vascos del 2024. Fuentes conocedoras de la realidad jeltzale señalan que, teniendo en cuenta el respaldo con el que cuentan, Urkullu, Ortuzar y Esteban serán quienes decidan sobre su futuro. Las mismas fuentes dan por hecho que habrá cambios, aunque ven probable que, de nuevo, se apueste por un relevo muy medido, manteniendo a alguno de los tres líderes.
La configuración del PNV del próximo decenio está en ciernes, y la forma que tome marcará la política vasca de los próximos años. Los resultados del primer ensayo se verán en tres semanas.
Urkullu, Ortuzar y Esteban han dirigido el decenio más exitoso del partido, que debe decidir si afronta ya el relevo