La Vanguardia

De Messi a Håland

- Santi Nolla

Messi ha sido el icono de aquel fútbol que paraba el reloj en el centro del campo, donde Xavi e Iniesta, de baja estatura y alto talento, hacían que la pelota corriera más que los futbolista­s o formara un rondo inalcanzab­le. Leo era el ejecutor de ese juego porque tenía 20 metros letales y ese tobillo que parece que da toda la vuelta en una pierna izquierda de seda. El fútbol que encumbró Messi (y a Messi) fue de especialis­tas abejas fabricando miel y la reina picando sin compasión. El juego de las dos primeras décadas del siglo tenía jerarquías y posiciones claras. Messi era el número uno y nadie vislumbrab­a un sustituto. Håland no lo es, pero hoy hay otro fútbol.

Ahora, el balón adquiere carta de naturaleza en las áreas. El mediocampo es un lugar objeto de presión o de transición. A los equipos les cuesta quedarse ahí. El símbolo de ese nuevo fútbol es Håland, una bestia física capaz de rematar todo lo que aparezca en esos 16 metros decisivos. Tan potente como intimidant­e, el futbolista noruego saca provecho de su físico en cada acción. El fútbol de siempre se ha decidido en las áreas, pero se maduraba en el centro del campo. Ahora, también se juega en las áreas y hasta se madura ahí. Es más importante que el balón llegue rápido a que simplement­e llegue. Hoy se buscan más centrales y delanteros centro que constructo­res.

leo ha sido el icono del fútbol del centro del campo y erling, el crack del que hoy se decide en las áreas

Hace años, el hombre más valioso era el denominado cerebro. Era un tipo de técnica exquisita, que se ponía al equipo a la espalda, referencia centrada del bloque, capaz de repartir con maestría y majestuosi­dad el balón. Hoy, el mediocampo parece descerebra­do, con futbolista­s muy presionant­es y muy técnicos porque deben pasar el balón a una alta velocidad. Han de poseer las dos caracterís­ticas. Antes, con solo una ya valía.

Håland es el prototipo del nuevo fútbol en el que Messi no ha dejado de reinar porque acaba de ganar el Campeonato del Mundo y no es un título menor. Argentina no lo habría ganado sin él. Pero el fútbol que le otorgó Balones de Oro sin parar se ha diversific­ado. Las defensas adelantada­s, la presión y la rapidez en colocar la pelota en posiciones de peligro se han comido a la posesión estratégic­a, la pausa y el cambio de ritmo rompedor.

Messi decidía partidos con la cintura mientras Håland los gana con los dientes. No es el sustituto, porque Leo no tiene clon, pero el noruego es el tipo que más preocupa a los defensas en la actualidad como siempre lo ha sido Messi. La gran diferencia de la eliminator­ia entre el City y el Madrid en la Champions de la pasada temporada y de esta es que en el equipo de Guardiola ahora juega un noruego gigantesco y fuerte capaz de marcar goles como sea.

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