El 20% de los hogares jóvenes pagan menos al Estado de lo que reciben
Fedea avisa del impacto de la baja natalidad y el envejecimiento
Uno de cada cuatro hogares en el que el sustentador principal tiene menos de 40 años recibe más prestaciones públicas de lo que aporta al Estado vía impuestos. Son datos de un informe de Fedea publicado ayer con datos del 2019.
Carmen Marín, investigadora de Fedea y una de las autoras del informe, explica que en el saldo de ese colectivo “se incluyen las prestaciones monetarias (que para estos grupos de edad serán principalmente subsidios, ayudas asistenciales y prestaciones por desempleo) y las prestaciones en especie (sanidad y educación) y por otro lado los impuestos”. Marín añade que los hogares con sustentador menor de 40 reciben muchas prestaciones vía educación y sanidad.
El informe destaca que de media los hogares con un cabeza de familia de más de 65 años son beneficiarios netos de la inblicas tervención pública “fundamentalmente, porque no pagan cotizaciones sociales y reciben pensiones públicas y un volumen elevado de gasto sanitario”. En cambio, de media, los hogares cuyo sustentador principal tiene menos de 65 años son contribuyentes netos: pagan más impuestos que las prestaciones que reciben.
En el caso de los jubilados, solo el colectivo de hogares más adinerados (el 1% del grupo con mayor renta bruta) son contribuyentes netos a la hacienda pública.
Adicionalmente, el trabajo examina cómo afectan los impuestos y las prestaciones púa cuatro tipos específicos de hogares. Las familias en los que todos los perceptores de renta se han jubilado son beneficiarios netos de la intervención pública y también lo son las parejas con un único perceptor de renta y los hogares monoparentales.
En el informe se matiza que “aunque es un problema no tratado en este trabajo, no puede desconocerse que la disminución de la tasa de natalidad y el aumento de la longevidad en España están afectando ya a los ingresos”. El texto cita que se reduce de manera proporcional la recaudación por el IRPF, las cotizaciones sociales y el IVA. En cambio, aumentan “los gastos públicos sobre todo, sanidad, dependencia, pensiones”. Fedea añade que “hay que destacar el impacto distributivo intergeneracional que estos cambios demográficos van a tener, muy previsiblemente, en las políticas de gasto de carácter contributivo, como es el caso de las pensiones de jubilación”.c
Las familias con un sustentador menor de 40 años reciben mucho en sanidad y en educación