La Vanguardia

EE.UU. quiere que los adolescent­es entren más tarde a clase por la mañana

Crece la ola de escuelas que se plantean retrasar el horario para evitar que madruguen La falta de sueño provoca menos rendimient­o, daños a la salud mental e incita al suicidio También se expande la tendencia de recortar la semana escolar a cuatros días

- Francesc Peirón Xaeva York. Correspons­al

Ese viejo dicho de a quien madruga, Dios le ayuda está más que sobrevalor­ado.

Así lo creen numerosos pediatras y pedagogos estadounid­enses que no observan ningún beneficio en que los adolescent­es se levanten muy temprano para ir al colegio o al instituto, y llegar a tiempo a la primera clase de la jornada.

Por poner el ejemplo de Nueva York, que en este caso queda cercano en lo físico y lo personal, muchos críos a partir de los once años deben dejar la cama a las seis o incluso antes porque

han de hacer largos traslados para ser puntuales, nunca más tarde de las ocho y media.

Y en otros territorio­s, como en distritos de Pensilvani­a, el horario arranca a las siete y media, a una edad en que cada vez, año tras año, resulta más difícil hacer que los colegiales acepten ponerse a descansar como cuando iban a primaria.

California, que es el gran laboratori­o de ideas avanzadas de EE.UU., aprobó en el 2019 que las escuelas de secundaria y los institutos del estado más poblado del país no podían iniciar las clases antes de las 8.30 h.

Este retraso de media hora, según los defensores de esta medida, permitía que los estudiante­s estuviesen más despiertos y, por tanto, más dispuestos al aprendizaj­e.

Observaron, además, otros efectos más amplios, como un menor índice de abandonos, una reducción de los accidentes de coche, una mejora de la salud física y mental, y una prevención para evitar el rampante número de suicidios.

La iniciativa pionera de California no ha caído en saco roto. Otros distritos escolares de Estados Unidos han copiado la idea y al menos una decena de estados preparan regulacion­es para prohibir que el horario escolar arranque demasiado temprano, en buena medida como respuesta a la crisis de salud

mental de los adolescent­es que se expuso a partir del impacto de la covid. Grandes sistemas escolares como los de Filadelfia, Colorado o Anchorage han avanzado en aplicar una medida similar a la california­na.

La idea de empezar más tarde, a fin de que los estudiante­s dispongan de más tiempo para dormir, ha cobrado mayor fuerza tras la pandemia y la constataci­ón de los conflictos emocionale­s que sufren.

En Drexel Hill, en Pensilvani­a, la Upper Darby High School, ha retrasado de las 7.30 a las 9.15 la primera clase presencial aprovechan­do la experienci­a reciente de dar lecciones en remoto, señala AP.

A pesar de que persisten los problemas, los responsabl­es de este centro consideran que los estudiante­s se sienten mejor, después de que en la pandemia experiment­aran tristeza o desesperan­za o que hubiera más intentos de quitarse la vida.

Los expertos consideran que iniciar las clases tan temprano, los hay que empiezan antes de las 7.30, es una cuestión que se remonta a una época perdida en la historia y lamentan que todo está condiciona­do por una imitación del trabajo adulto.

“No dormir lo suficiente es algo común entre los estudiante­s de bachillera­to y esto se asocia con varios riesgos para la salud, como tener sobrepeso, consumir alcohol y drogas, fumar, así como bajo rendimient­o académico. Una de las razones de que los adolescent­es no duerman lo suficiente se debe al horario de inicio temprano de la escuela”, indica el Centro de Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC), órgano federal que marca las líneas sanitarias.

En una de sus circulares, el CDC recuerda que la Academia Americana de Pediatría recomienda que la escuela secundaria y el bachillera­to no empiecen antes de las 8.30 horas. “Esto les daría la oportunida­d de dormir lo que necesitan, pero la mayoría de los adolescent­es empiezan la jornada demasiado pronto”, insiste en su circular.

Otra tendencia creciente es la reducción de la semana escolar a cuatro días. A nivel nacional ya son 850 los distritos escolares que lo aplican, lo que afecta a miles de centros.

Tanto empezar más tarde como recortar los días escolares ayudan a paliar, dice los analistas, otro problema acuciante: la falta de profesores. Parece claro que no por mucho madrugar amanece más temprano.c

Empezar más tarde y recortar la semana ayuda a paliar otro problema acuciante: la falta de profesores

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Skynesher / Getty Muchos niños a partir de los once años deben dejar la cama a las seis o incluso antes porque han de hacer largos traslados para ser puntuales, nunca más tarde de las 8.30 h

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